Ficelle
Ficelle es la culminación de un proyecto que llevaba 12 años cocinándose por un par de franceses apasionados de la pastelería y la panadería.
Por: Sasha Gamboa
Esta pastelería y panadería es la culminación de un proyecto que llevaba 12 años cocinándose. Julien de Bellaigue y su socio, Eric Lenoir, son un par de franceses que se conocieron en Puerto Vallarta, y ahí montaron su primera panadería. Después abrieron Monsieur Croque, un restaurante especializado en croques, tartines y desayunos que, con la creación de Ficelle, se convirtió en un doble concepto francés.
En Ficelle (palabra que proviene del nombre de un pan, que es una media baguette), llamará tu atención que tengan dulces; es para que vivas la experiencia de estar en una auténtica tienda francesa, ya que, en ese país, cada panadería y pastelería sin excepción, vende dulces para niños. Aquí son empacados muy a la old school. Por ejemplo, los Carambar son chiclosos de sabores que tienen dentro de la envoltura un chiste escrito en francés.
En cuanto a los panes, no hay interpretaciones de las recetas y los sabores son totalmente tradicionales. Un ejemplo es el éclair, del que sólo tienen dos variedades: café y chocolate. Y es así porque en Francia se dice que basta con entrar a una panadería y probar el éclair de café para saber si el lugar vale la pena o no.
Entre las variedades de pan están los viennoiseries (pan de masa fermentada y hojaldrada), baguette, ficelle y pan bola. Además, hay merengues tamaño familiar, ya que los franceses acostumbran sentarse por la tarde a comer algo dulce con una taza de café o té.
El diseño de Ficelle es muy lindo, hay dos bancos en una pequeña barrita y un refrigerador con base de mármol en donde se acomodan los pasteles, quiches y panes que llevan relleno de fruta.
Si eres fan de las quiches, debes ir, ya que aquí tienen desde la típica Lorraine (de jamón y queso) hasta la de poro con tocino. Aunque si buscas algo más clásico, mi recomendación es el croissant de jamón y queso relleno de bechamel, una buena opción si llevas prisa (puede comerse frío); pero si quieres comer con calma, escoge una mesita de la terraza y pídelo calientito con una taza de café Richar que, claro, también es francés.
Ojo, si tienes un evento próximamente y te toca llevar el pastel, haz el pedido de un croquembouche, una torre de profiteroles rellenos de crema pastelera que se pegan entre sí con caramelo para formar una torre. Es un pastel muy original.