Los mejores sabores en una casa señorial. Monte Cristo retoma el espíritu de los antiguos mesones para agasajar a sus clientes, brindándoles un atento servicio en un espacio espectacular. Se trata de una casa colonial, con sabor monástico europeo y tallas en piedra indocristianas.
Su cocina es absolutamente tradicional, varios de sus platillos han sido extraídos y rescatados de libros de la cocina del México antiguo ya sea para rendirles homenaje o para reinterpretarlos. Ofrecen así sopes de pato, tacos de lechón, buñuelos de flor de calabaza, por ejemplo. ç
Entre los platos fuertes, hay que probar alguna vez el pecho de ternera a las brasas, el atún en salsa de naranja al mezcal o el cordero al vapor en hoja de plátano, luego de haber comenzado con una ensalada de nopal con acociles o una sopa de cuatro hongos. Para aderezar o dar un toque picosito a los platillos cuentan con un carrito de salsas martajadas directamente en la mesa que incluye gran variedad de combinaciones de chiles.
Entre los postres, destacan el xoconostle sobre espejo de zapote negro, el flan de queso panela, el pan artesanal de pulque y los buñuelos de manzana y queso. Por último, para saciar la sed y maridar la comida manejan diversos tipos de mezcal y curados hechos al momento.