Lalo! es del chef Eduardo García, a quien tal vez recuerdes por éxitos restauranteros como el Máximo Bistrot Local, que se encuentra cruzando la calle.
Aquí la cosa es bastante relajada y la idea es que no comas solo. Si quieres, incluso puedes hacer buenas migas con los comensales que se sienten junto a ti en la mesa comunal. Como si hubiera sido pensado para romper el hielo, de fondo musical hay canciones para todas las generaciones, un letrero incandescente y el elemento estrella: un grafiti del artista belga David Rop, “Bué The Warrior”, donde, ya lo comprobarás, sentirás la tentación de tomarte una selfie.
En Lalo! son madrugadores y abren para el desayuno con un menú corto pero matador: chilaquiles y platos como los espárragos con holandesa y huevo poché (que tal vez hayas llegado a probar en el brunch del Máximo). La carta se expande en el horario del almuerzo. Para empezar, hay sodas homemade, entre las que destaca la de manzanilla y helado de durazno. Para abrir el apetito, una entrada que juega con contrastes dulces, salados y crujientes es la flor de calabaza rellena de queso comté, nuez macadamia y puré de higo con balsámico.
Si buscas algo más ligero, considera la ensalada de rábano, persimonio y habas; ya verás que no te decepciona. Por último, los postres. Están pensados para pedirlos en pareja y un claro imperdible es el pan francés acompañado de frutos rojos.