Un desayuno en La Poblanita asegura una experiencia totalmente mexicana, desde la pequeña terraza que da la bienvenida, donde resalta la decoración de colores vivos y el techo lleno de papel picado. La amabilidad de los meseros es impresionante: te reciben con una sonrisa enorme y de esa manera te llevan a tu mesa.
El menú del desayuno viene por paquetes que incluyen una bebida ( jugo o café) y un plato fuerte con varias opciones a tu gusto (enchiladas de mole rojo o verde, o unos ricos chilaquiles, por ejemplo). Los platos vienen calientitos y se siente que están preparados con mucho esmero.
Aunque en algunos paquetes ya viene incluido, no dudes en pedir pan dulce para terminar y acompañar el café. El lugar se presta para quedarte todavía un rato en la sobremesa, y cuando decidas irte pagas en la caja. Es ideal para ir en familia y disfrutar la mañana.