El chef Javier Laguna Vega espera a los comensales con sus inesperados platillos en el flameo, y es que a la entrada del restaurante hay una estufita en la que este profesional de los mariscos de la Baja flamea sus elaboraciones. Así que hasta la calle llegan los exquisitos aromas que invitan a disfrutar de esta tradicional cocina, que ya tiene más de 20 años en la Condesa.
Hay que probar el carpaccio Morena, láminas de atún, salmón, pulpo y camarón con base de mayonesa de chipotle y rasurado (cebolla, cilantro y chile serrano). También las carnitas de atún, sazonadas estilo Michoacán con guacamole. Pero antes, como entrada, dos buenas opciones son el entremés Colunga, para dos personas, lleva ceviche de pescado, camarón y calamar ahumado, y el chicharrón de pescado, sazonado y frito con guacamole y tortillas de maíz.
De postre, sugerimos los mangos flameados al tequila o el molde de chocolate, un pastel desinflado con relleno de chocolate amargo y bola de helado de vainilla. El servicio de bar maneja todo tipo de licores, vinos, cerveza y coctelería clásica.
El interior de La Morena es luminoso, con muros pintados con crustáceos y pescados, lámparas en forma de perla y, en el techo, lo que asemeja la malla de un pescador crean un ambiente ad hoc con el menú y todo el concepto de La Morena.
El personal cuida todos los detalles y ofrece un servicio excelente. De jueves a domingo, a partir de las cuatro de la tarde hay un mariachi que hace un muy buen ambiente.