Señoras de las Lomas y señoritas del colegio Regina acaparan las mesas para disfrutar de una muy calórica malteada y una torre de esponjosos hotcakes, que bien sea dicho de paso, en realidad se llaman «Pan Cakes».
Si bien es cierto que no tiene nada de gourmet, da gusto ver que un concepto tan americano llegue íntegro y sin terribles tropicalizaciones. La porciones son enormes, la variedad se limita a un rango amplio de sabrosas hamburguesas, salchichas, tocino, mucho huevo, «cheese everywhere» y por supuesto los pancakes tradicionales o la variantes de maíz y cereales.
Los pancakes son tan ricos que la gente los pide a toda hora, están elaborados de tal forma que se ven muy gruesos pero en realidad son suaves y esponjosos, eso da una sensación de satisfacción sin sentirse a reventar. Hay una variedad de mieles y sustitutos dulces, vale la pena decir que el único que no parece una mezcla química letal es el jarabe de maple.También hay waffles que viene rellenos de una jalea frutal de color radioactivo.
A pesar de las fuertes críticas a el poco saludable menú, el lugar está abarrotado a toda hora y la gente se ve feliz y contenta con sus platotes rebosantes, el jugo de naranja reconstituido y cuatro huevos con tres salchichas y mucho tocino a los lados.