¿Argentino se nace o se hace? Este lugar es una de las tantas hermosas excentricidades que nos ofrece nuestra ciudad. Una fonda típicamente argentina, con su Gardel, su Atahualpa, sus ponchos y vinos. Un mesero que te habla de “vos” y “vistes”. Un espectáculo en vivo donde actúa toda la familia dueña del establecimiento. Uno baila con boleadoras y le grita “boludos” a la gente. Otro toca el bandoneón. Otro la guitarra. Varios cantan. Tú dices: “la familia argentina unida”. Escucha esto: ¡son todos mexicanos!
Para empezar puedes pedir unas empanadas de carne, las preparan en el momento, así que ve pidiéndolas con tiempo. Salen fritas. Son jugosas y el relleno muy bien sazonado.
Si puedes, prueba la provoleta, que es una rodaja de queso provolone asada a la parrilla, condimentada con pimienta en grano molido, perejil y una rodaja de tomate. Te la sirven crocante, sabrosa. Puedes agregarle chimichurri, que es una salsa preparada a base de ajo, perejil, aceite, vinagre y otras especias. Lo sirven recién preparado. Esta salsa va perfecta con el queso, la carne y hasta con pan.
De beber tienes varias opciones. Te recomiendo el vino de la casa: un Magallanes malbec, de la provincia de Mendoza. Es un vino de mesa económico, noble, que acompaña bien la carne.
Luego aviéntate a las carnes. Hay varias opciones: asado de tira, bife de lomo, vacío, parrilladas, etcétera. Si te pides el vacío, por ejemplo, y no tienes tanta hambre, diles que te traigan medio platillo (el entero son 800 g). Viene con guarnición a elegir entre ensalada, papas o pastas. La papa al horno está bañada con queso y rellena con un poco de jamón picado. La combinación es excelente. El vacío te lo sirven en su punto, jugoso, tierno y sobre su tabla de madera.
De postre pide el típico alfajor. ¡Es gigante! La masa es de hojaldre y está relleno de un exquisito dulce leche, espolvoreado con coco rallado y azúcar impalpable. Te chuparás los dedos.
En este lugar, seguro, comerás mejor que en varios restaurantes de Buenos Aires. Sin dudas, para volver.