Por: Verónica Chávez Aldaco
El nombre de un restaurante es tan importante, que tiene la capacidad de causarnos una primera impresión sobre su comida. Ese es el caso de Central de Pizzas, un lugar con orígenes argentinos (sus creadores trajeron al DF el concepto de pizzería de barrio), del que podrías sospechar que sólo sirve eso, pizzas.
Pero dándote la oportunidad de sentarte en una de sus mesas para echarle un vistazo a su menú, sabrás que sirven más que las pizzas tradicionales de cualquier local.
En realidad, la carta de Central de Pizzas está llena de sorpresas. Date un gusto con sus empanadas y focaccias, respeta la dieta con sus ensaladas, o piérdela con sus postres; recomiendo el marquisse de chocolate: una generosa rebanada de pastel de chocolate amargo coronado con frambuesas.
Y según esté de humor tu apetito, su carta de bebidas acompaña a la medida. Sirven refrescos y limonadas, pero también cerveza y vino (el mesero te puede sugerir alguno para combinar con pasta). Debes probar su famosa agua de pantano, hecha de hierbabuena, un toque de limón y azúcar; muy fresca y efectiva para quitar la sed.
Ésta le va muy bien a las pizzas, de las que hay dos tipos: masa molde y masa piedra. La primera está hecha con masa gruesa, esponjosa, que se cocina en molde para pizza; la segunda es de textura delgada, crocante y llega a su punto sobre la piedra del horno, de ahí su nombre.
Los ingredientes no son del todo tradicionales, aunque hay hawaiana, peperoni, mexicana y margarita, también tienen joyas como la australiana, con cuatro huevos estrellados, tocino y aceitunas; la calabresa, con pimiento morrón y longaniza calabresa; la 5 quesos, de queso mozzarella, gruyere, roquefort, provoleta y parmesano; y la palmitos, con palmito y salsa golf. Una probadita del sabor de América del Sur en el DF.