La tradición culinaria española en el Centro Histórico de la CDMX a un costo accesible. El restaurante fue fundado en 1937 por inmigrantes españoles, y tiene un concepto muy casero.
El menú consta de una entrada, que puede ser consomé o alguna sopa, fruta o ensalada, paella y luego un platillo a elegir entre seis. El menú más caro incluye dos platillos. Vale la pena ir con hambre para no perderse la fabada asturiana o el cocido a la española.
El clericot es la bebida más solicitada aquí, pero también cuentan con alrededor de 10 etiquetas de vino. Entre los postres, el pastel helado y su interpretación de panna cotta se cuentan entre los favoritos.
Todos los días, de las 2:30 a las 6 de la tarde, hay música mexicana en vivo, que incluye baladas y hasta norteño. El ambiente es familiar y hacen sentir al comensal como en casa.