El restaurante oaxaqueño que es todo un secreto en la colonia Guerrero

¿Ya conoces el restaurante Oaxaquita, que es medio secreto de la colonia Guerrero?

El chilango promedio vive enamorado de la comida oaxaqueña. Cada vez hay más lugares para echar una buena tlayuda, pero difícilmente serán tan bonitos, agradables, originales y encantadores como este. El restaurante Oaxaquita es un espacio abierto repleto de plantas, con muebles hechos de madera reciclada y uno que otro cachivache en las paredes. Hay libros, fanzines y revistas que, por su puesto, puedes consultar libremente.

De nada serviría tener el sitio más hermoso del mundo si la comida no estuviera a la altura. Afortunadamente no hay una sola queja en ese departamento, al contrario. Ofrecen los básicos de los antojitos del centro de Oaxaca: tlayudas, enmoladas (que son como tlayudas, nomás que en lugar de asiento y frijoles lleva molito rojo), tacos y doraditas de maíz, con la proteína de tu elección: tasajo, cecina enchilada, chorizo, pollo o chapulines. A la hora del desayuno tardío —y con suerte un poquito después— tienen salsa de huevo, queso o chorizo, es decir, uno de los citados ingredientes flotando en un caldillo de jitomate. También está la opción del plato que trae un poco de todo, para dos personas, y así no quedarse con antojos.

Foto: Tamara de Anda

Los platillos se sirven con chepiche, un quelite parecido al pápalo —aunque menos fuerte— que, además de potenciar el sabor de lo que te estés comiendo, sirve para la digestión. Y para beber hay tejate bien frío, licuado con hielo u horchata granizada. Pura autenticidad. De postre te puedes echar un pan de yema con un chocolate, porque no se necesita nada más para ser feliz.

Aguas, porque el restaurante Oaxaquita nada más abre de jueves a domingo. Lo bueno es que es un excelente punto de partida para armar un recorrido de fin de semana por el fascinante barrio de la Guerrero.