#GraSabroso: Las pechuquecas, el secreto mejor guardado de Tepito

Uno de los secretos mejor guardados de Tepito son las pechuquecas —no es albur—. Están en el local 179 del mercado de comida en el barrio (bravo) y son unas supramilanesas: pechugas rellenas y hermosamente empanizadas. Como una Cordon Bleu, pero mejor.

El relleno es de queso Oaxaca, queso amarillo y jamón. Nada especial. Lo que las distingue es su precioso y casi perfecto empanizado: una capa gruesa, uniforme, crujiente y dorada de sabor contundente (lo cual es raro porque por lo general el empanizado no sabe a nada porque es solo pan hecho polvito). La diferencia con cualquier otra milanesa o derivado es que este empanizado no es de pan molido sino de amaranto, hojuelas de maíz, semillas de girasol, pepita verde, ajonjolí y un poco de pan molido. El resultado: una cubierta crunchy, de textura sabrosa y divertida. Además, no están empapadas en grasa porque se fríen muy rápido en aceite muy caliente. Octavio, el cocinero que empezó a vender las pechuquecas hace más de 15 años en este mismo local, entendió cuál es el secreto de la milanesa perfecta: la fritura —y la salsa, que acá es guacamole espeso y picosito.

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Entre las milanesas (y familia), esta es la reina. La khaleesi, la primera con su nombre y protectora de todos los reinos milaneseros. Su cobertura gordita y crepitante le hizo ganar el trono. Nos arrodillamos ante ella, su Majestad.
Para acompañar hay una barra de ensaladas (súper abundantes) y puedes pedir dos. Hay sopa de codito con crema, ensalada de cuatro quesos, de arándanos con frutos rojos… Varían. Lo malo: no le hacen justicia al esplendor de su reina.

Dicen que el lado oscuro de Tepito es su cultura. No está a simple vista pero si caminas el barrio te darás cuenta de que está ahí, detrás de la mala reputación, de la violencia, la corrupción y la delincuencia que lo infecta —como a toda la ciudad. Parte de esa cultura está en los puestos de comida rica y barata (¡baratísima!), como las pechuquecas, muy queridas en el barrio.