Kazu's Kitchen: el apapacho japonés que necesitaba Polanco
Si eres de los que barre la ciudad en busca de buenos lugares de cocina japonesa, Kazu's Kitchen será tu nuevo refugio nipón.
Por: Diana Féito
Hoy en día es común hablar de un restaurante empezando por su chef y, aunque quisiéramos evitarlo, es imposible en este lugar, pues lleva el nombre de la cocinera. Kazu Kumoto llegó a México hace cuatro décadas y desde entonces no ha dejado de compartir con los chilangos los sabores de su país natal. Esta ocasión, a través de una apuesta culinaria más sencilla e informal.
Muy al estilo japonés, el espacio es pequeño y sólo algunos elementos, como árboles bonsai o el emblemático maneki-neko (gato japonés), revelan su esencia. Si vas en grupo, opta por las mesas, de otra forma, el mejor spot es la barra de sushi. Ese lugar mágico donde puedes ver cómo preparan los rollos y nigiris —las piezas de arroz cubiertas de pescado—.
El menú de Kazu’s es simple y suculento; sin importar tu elección, hay que ponerle atención al arroz. Aquí no es un ingrediente más, sino uno de los protagonistas de la cocina —lógica que también aplica con nuestro querido maíz—.
Para empezar, es buena idea refrescar la boca con una ensalada de alga marina, seguido de una humeante sopa miso, acompañada por una de las especialidades: el tempura de vegetales. Es crujiente y la única injusticia del plato es que quisieras que viniera desbordando de comida, pues es delicioso.
Otro de los básicos son los nigiris y el aburi es completamente ganador —lo encuentras en las especialidades—. Se trata de pedazos de robalo, atún y salmón, sutilmente flameados, lo que resalta su sabor. Para completar la experiencia, baja los nigiris con una cerveza o un sake.
En la carta también encuentras los «dragones»: rollos de arroz rellenos de aguacate y pepino, cubiertos con algún pescado, como atún, salmón, hamachi o el hit: anguila —cuando llegue a tu mesa, comprenderás el porqué del nombre—.
Aunque los japoneses no son conocidos por sus postres, aquí ofrecen cuatro opciones, entre las que encontramos mousse de yogurt, flan de la casa, tapioca a la crema de coco y la clásica gelatina de café camelado.
Restaurantes japoneses en la ciudad hay muchos, lo cierto es que en Kazu’s Kitchen no tienen mayor pretensión que dar de comer rico. Lo que se traduce en un apapacho culinario nipón —por más extraño que suene—.