Costillas gigantes y pulque pa' curarte la cruda ??

Las costillas de res son amigas de todos, igual que la cecina enchilada; sobre todo si va en taco de tortilla hecha a mano, con su limón, su salsita martajada y sus frijolitos. Si ya se te antojo, lánzate a Las Costillas de San Luis en la Roma y ve con hambre porque los platos son gigantes y deliciosos. Aquí puedes encontrar unas costillas bien rifadas y bien baratas y además hay pechugas asadas, chuletas, T-bones y Rib Eyes preparados al más puro estilo mexicano.

Las Costillas de San Luis en la Roma: cortes mexas y pulque

Foto: Carolina Barrera

Para los vecinos de esta colonia, Las Costillas de San Luis en la Roma es un restaurante muy querido, en parte porque no ha cambiado su sazón desde 1975, año en el que abrió y porque aún mantiene la esencia de restaurante familiar, algo cada vez más difícil de encontrar en esta colonia.

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Los platillos que aquí preparan son pocos pero muy sustanciosos. Por supuesto las costillas de res ($120) son las favoritas, pero también tienen: Rib Eye ($185), T-bone ($185), cecina ($147), chuleta ($120) y pechuga de pollo ($147). Cada corte de carne va acompañado de frijoles calduditos –cortesía de la casa–, tortillas hechas a mano, cebollitas y nopales, salsa martajada –verde, roja o mexicana– y una guarnición a elegir: huarache, quesadilla o una enchilada. Sí, te servirán un plato gigante.

Foto: Carolina Barrera

Para pasarte los taquitos de carne tienen coctelería, cervezas –solitas ($38) o en michelada($47)– y aguas. Pero nosotros te recomendamos echarte un pulque embotellado ($40). Así como lo oyes, es un pulque en botella de vidrio, en presentación de 350 mililitros de diferentes sabores: guayaba, piña, natural o moras.

Foto: Carolina Barrera

Si lo tuyo son los postres tienen fresas con crema y flan napolitano, dos antojos dulceros que cierran con broche de oro una comida bien sabrosa. Las Costillas de San Luis en la Roma abren todos los días de la semana, sin embargo, el mejor día para ir son los fines de semana. Es cuando hay más gente y por tanto abren la terraza y el salón. Dos espacios perfectos para irte a curar la cruda o, de plano, conectarla.