Cocina Lucio, un clásico de la Doctores llega a la colonia Juárez

Vuelve con ánimos recargados un gran restaurante: Cocina Lucio

Lucio 102-7 era uno de esos negocios que se llamaban igual que su domicilio, en la colonia Doctores. Con sus recetas divertidas, sus buenas chelas y su ambiente relajado, ya se habían ganado a un buen grupo de fans y clientes frecuentes. Pero con el #19s, el edificio donde se encontraba el restaurante se dañó, así que tuvieron que agarrar sus chivas y buscar una nueva locación. La encontraron en la Juárez, un rumbo menos emocionante aunque con otras ventajas, como que tus amigos fresas no se espantan si los quieres llevar o que hay una estación de Ecobici a la vuelta. Conservaron el “Lucio” en el nombre, aunque ya no tenga nada que ver con el médico porfiriano, ahora son Cocina Lucio.

Lo rico empieza desde el desayuno, con unos originales chilaquiles mayas, de achiote con barbacoa, o con un waffle con salchicha, huevo y miel, maravilloso para quienes no tienen miedo de mezclar lo salado con lo dulce.

Del menú vespertino/nocturno destacan la gordita de chicharrón y la garnacha de pato: reinterpretaciones finas, mas no pretenciosas, de la comida callejera. También el burrito de marlin (norteñísimo, con una cama de frijolitos y el sabor del mar a todo lo que da), la torta de bacalao (¡no tiene que ser Navidad para que la pruebes!) y el chamorro (muy cantinero). Ah, y los tacos de pescado, barbacoa, pulpo o camarón, no tienen pierde.

Allá, cuando estaban en la Doctores, acababan de inaugurar la faceta nocturna y coctelera del lugar, que aquí continúa y funciona muy bien para el precopeo (o copeo a secas). Nos encantan el Fresquito, de mezcal con pepino y jugo de arándano, y El Sereno, de ginebra, toronja, piña y jengibre. También están las chelas artesanales de Cervecería Lindavista, que tienen nuestros pulgares arriba y con las que brindamos por esta nueva temporada de uno de los lugares jóvenes y creativos más prometedores de la ciudad.