Es hora de recordar que, por muy complicada que sea, la CDMX es una maravilla. Sobran motivos para amarla. Aquí 10, que entran por la boca y se quedan en el corazón:
El pozole de Moctezuma
La palabra pozole sería suficiente, pero este speakeasy pozolero (que le llaman) es muy especial. Tal vez porque el lugar no tiene letrero que lo anuncie, o sólo por ese humeante y maravilloso pozolito verde, al que se le puede echar mezcal, pa’ que amarre.
Los esquites de Coyoacán
Una visita a Coyoacán no está completa sin un vasito de esquites en mano. Escuchar al organillero, ver un espectáculo de artistas callejeros o sentarse en una banqueta mientras devoras el maíz cocido con mayonesa, queso y chile, o tatemado con un toque de epazote, es para enamorarse.
Los tacos campechanos de Villamelón
Su fama creció conforme los fanáticos de los toros y el fútbol se atrincheraron en sus mesas para echarse un taquito antes de una corrida o partido. El culpable: el mágico taco campechano, una combinación de cecina, longaniza y chicharrón que desata pasiones y en caso de sobredosis, malestares estomacales.
Los pulques de La Victoria
Para probar buen pulque no es necesario ir a Tlaxcala, en la ciudad existen algunas verdaderas joyas. Tal es el caso de Pulquería La Victoria, local que lleva 80 años vertiendo curados y pulques en un simple y pintoresco entorno y sí, están re buenos.
Las tortas de chilaquiles de La Esquina del Chilaquil
Si caminas por la Condesa y de pronto te encuentras con una fila que abarca toda una cuadra, sabrás que llegaste a La Esquina del Chilaquil. Allí se preparan con maestría tortas rellenas de chilaquiles, pollo empanizado y hasta cochinita pibil. Y si no te decides por alguna, puedes pedir la bomba que lleva todos los anteriores.
Los tequilas musicalizados de El Salón Tenampa
Todos tenemos alguna historia de tequilas en El Tenampa y si no, este es un buen momento para agendar la visita. Entre antojitos, tequila y el mariachi, verás que todos llevamos a un mexicano que le gusta cantar y bailar, aunque sea muy en las profundidades del ser.
Los antojitos de Xochimilco
Ya sea por un cumpleaños, por visitas foráneas o porque te graduaste de algo, Xochimilco siempre es punto de referencia. Y es que navegar por las aguas del canal mientras se convive con trago en mano, da hambre. Lo bueno es que siempre podrás contar con las embarcaciones que se acercan a la tuya para apaciguarla.
La barbacoa de Los Tres Reyes
La barbacoa es la reina de las reuniones de fin de semana. Ahora sumemos a la ecuación cerveza, música norteña en vivo y mesas comunales. Ir a los Tres Reyes es como estar en una fiesta de pueblo y todos están invitados.
Los churros de El Moro
Justo en la esquina que forman las calles de Eje Central y República de Uruguay, habita un espacio donde se fríen churros las 24 horas del día. Desde 1935, chilangos de todos los rincones de la ciudad han saboreado un humeante chocolate con una orden de churros. Aunque hay más sucursales, la que más nos gusta es la del Centro.
Las tortas de El Recreo
Desde 1961 existe un sencillo puesto de lámina donde se preparan monstruosas tortas de hasta cinco kilos. Una de ellas basta para alimentar de 5 a 10 personas, “dependiendo de su apetito” versa su peculiar menú. Gracias a su popularidad, sus precios han aumentado, pero su éxito es innegable.
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