Sabemos que amas comer delicioso y barato ¿quién no? Es por ello que desde hace cinco años tenemos una edición muy especial: Comer Rico. Para hacerla recorremos la ciudad en búsqueda de 50 nuevos lugares que cumplan con las tres “B” (bueno, bonito y barato).
Si todavía no tienes la revista, te quedan algunos días para adquirirla y consultar nuestra guía para tener contenta la panza sin sacrificar el bolsillo. Mientras tanto te dejamos con estas tres fonditas con onda que aparecen en el listado.
Fonda 115
Algo mágico debe tener un lugar cuya dirección (115) es el mismo costo de su menú. Aquí encuentras la típica comida corrida, pero lo que hace diferente a este lugar es la creatividad de su chef, Christian Chávez. En sus opciones de sopa, ensalada, plato fuerte –pescado, carne o vegetariano–, postre y agua, incluye sabores sorprendentes de todo el mundo: quinoa, lavanda, tzaltziki y tomillo ($115), todo manejado con una maestría digna de los manteles largos.
Fonda Arturín
Los sabores que encontrarás en este lugar son fruto de un viaje a Oaxaca hecho por el chef Maycoll Calderón –Huset–. Desde primeras horas de la mañana hasta avanzada la medianoche, podrás probar las tradicionales tlayudas con tasajo ($90) o con chapulines ($120). Sin duda, uno de los mejores moles de la Ciudad bañan sus enmoladas ($50) y su sopa de hongos ($40) es una delicia. Su único postre es el plátano al comal ($25), pero bien vale una mordida.
Fonda Mal Diablo
Tres amigos y cocineros comenzaron un blog que bautizaron como Mal Diablo en una noche de tragos. Su cocina era itinerante, hasta que cinco años después se asentaron en un espacio que transformaron en fonda. Aquí se alimenta a residentes y empleados de la Doctores –y anexas–. Entre semana tienen un menú diario que consta de una entrada, un fuerte, postre y soda de la casa por $75; también hay opción a la carta, donde el obligado es el medio pollo de leche ($85).