Hace ya 35 años, en 1982, un pequeño puestecito de lámina se alzaba en una calle que estaba compuesta por terracería. Ahí, además de unas buenas tortas, se cocinaban varios sueños: el de crecer, el de superarse, el de sacar adelante a la familia. Y como si de una profecía se tratara, a base de esfuerzo, dedicación y una sazón envidiable, Las Tortas Gigantes de la Sur 12 pasaron de ser un pequeño changarrito callejero a un local grande, que siempre está lleno y que ha encontrado en la publicidad de boca en boca su mejor aliada.
Más de tres décadas después, el lugar no sólo se ha consagrado como uno de los grandes clásicos de la zona oriente de la Ciudad de México (la colonia Agrícola Oriental para ser exactos) sino que ha ampliado su carta y también ha abierto sucursales: Balbuena, Tlalpan y Neza. Lo que fuera sólo un local de tortas ahora vende también una oferta variada de tacos —pastor, cabeza, tripa, suadero, chuleta, pollo, campechanos—, vende aguas de frutas preparadas al momento y hasta tiene su propia barra de postres.
Si a pesar de tener una gran variedad de productos no han cambiado su nombre, es porque la torta continúa siendo la estrella de la casa. “Las que más nos piden son la de milanesa con quesillo y la de pastor, que le anda peleando el primer lugar”, me cuenta Doña María Teresa Santoyo, una leal trabajadora que ha visto evolucionar al lugar desde que era un puestecito banquetero hasta lo que es ahora.
“Estas tortas son tan socorridas que viene gente de otros estados. Nos las piden mucho los traileros, porque les rinde para llegar a donde sea. También gente que se va en avión a Estados Unidos nos pide que se las envolvamos bien, porque se las llevan para comérselas allá”.
Pero la que es un verdadero coloso sólo para los más valientes, es la torta Especial Sur 12. Este enorme rascacielos tortero tiene jamón, queso de puerco, queso amarillo, queso blanco, salchicha, pierna, milanesa, chorizo, quesillo y huevo. Y todo en raciones abundantes, aquí nada se chiquitea. “En 35 años nadie se la ha terminado”, me dice doña María Teresa. “Muchas veces ya vienen con la apuesta y hay quienes se sienten muy bravos y dicen que se la van a acabar, pero a lo mucho se echan la mitad”.
Y es que esta torta no es cualquier cosa: son casi dos kilos de pura sabrosura. Y honor a quien honor merece: a diferencia de otros lugares de la ciudad, aquí no se escatima en ingredientes frescos y de primera, y eso se siente en cada mordida. “Lo que nos permite ofrecer alimentos de calidad y a buenos precios, es que mucho de lo que aquí se consume lo preparamos nosotros mismos. Los chiles en vinagre los hacemos aquí, las piñas en almíbar para las tortas también, la pierna también la preparamos y hasta horneamos nuestro propio pan”, me dice Gabriel González, quien toma la estafeta de explicarme, porque doña María tiene que regresarse a la caja.
Es precisamente Gabriel quien me da un tour por la cocina y en efecto, ahí se puede constatar que se amasa y se hornea el pan, que las piñas están soltando su vaporcito del almíbar todavía caliente y que los chiles en un lugar como este nunca sobran. Diariamente preparan un cazo enorme con capacidad para 100 kilos de estas delicias picantes. “Nuestros chiles son famosos, hay gente que nada más viene por sus pedidos para llevárselos a la casa”, me cuenta orgulloso.
Por supuesto también está la nota dulce: la recomendación son las fresas con crema, que se acompañan de una buena dosis de nueces y de chispitas de chocolate. Para los amantes de los lugares de comida variada, sabrosa, abundante y a precios más que razonables, las Tortas Gigantes de la Sur 12 son una parada obligada que, dicho sea de paso, se encuentra abierta las 24 horas del día.
Avenida Sur 12, 277, Agrícola Oriental, abierto las 24 horas.