Tortas de lengua en Azcapotzalco, una experiencia culinaria sin pretensiones

La sabrosura de estas Tortas Gigantes de Azcapo forjó a golpe de lengua confitada y otras delicias, un ícono chintololo. Echarte una de estas garnachas enmarca sin pretensiones y casi por accidente, lo que algunos llaman “experiencia culinaria”. También…

La sabrosura de estas Tortas Gigantes de Azcapo forjó a golpe de lengua confitada y otras delicias, un ícono chintololo.

Echarte una de estas garnachas enmarca sin pretensiones y casi por accidente, lo que algunos llaman “experiencia culinaria”.

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Las tortas de lengua de la 7

A espaldas del puesto, hay un edificio azul brillante, en él se abre una ventanilla frente a la cual se extiende la fila para pagar. El menú está dispuesto en una cartulina verde neón. Hay muchas opciones, cómo milanesa, quesillo y por supuesto, lengua en 72 pesos. Para beber, tepache o refrescos en 25.

Con recibo en mano toca la segunda fila. Dependiendo el día, es el tiempo de espera, en fines de semana ronda los 15 minutos. Líneas amarillas sobre el asfalto marcan la “sana distancia” que debe haber entre cliente y cliente.

El puesto es metálico, de pintura blanca y con el típico rótulo del giro, pero el largo es casi del doble de lo habitual. La parte alta esta franqueada por cristales transparentes con ventanitas redondas por donde se reciben las ordenes.

¡Acá las tortas! Conoce sus deliciosos secretos

Adentro, tres cocineros con delantal, camisa y gorro estilo militar color blanco. Todos traen cubre bocas y su apariencia es impecable. Frente a ellos una repisa con montañas de teleras, carne, aguacate, cebolla, mayonesa. En un extremo la parrilla y en otro, hornillas con sartenes para freír. Bajo el estante, contenedores con más alimentos.

Cada determinado tiempo los ingredientes se agotan. Entonces, uno de los dependientes sale del puesto, camina unos metros, abre la puerta de un depósito y se resurte de lo necesario. 

El pan se retaca con rebanadas finas de lengua (o según sea el caso) hasta forman una torre de 15 cm de alto aproximadamente. Una pieza, alcanza fácilmente para dos personas. El papel es el único material que se usa para servir, no hay plástico, ni para los chiles y las zanahorias.

Recibida la orden, hay tres alternativas: comer en otro lugar, sobre la banqueta o en el merendero a espaldas del puesto. En el local hay cerca de 10 mesas dispuestas para los clientes. No hay platos ni cubiertos, solo una superficie plana donde recargar la comida.

Las Tortas de la 7, también conocidas cómo Tortas Vallejo están a punto de cumplir medio siglo de deleitar a colonos y visitantes con comida típica, servida de manera un tanto atípica.  

  • Ubicación: Calle 7, número 167, col Porvenir, Azcapotzalco, CDMX.
  • Consumo promedio: $100.00
  • Horarios: Abierto las 24 horas.

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