Los Q’ñados: suadero, pastor y salsas matonas al sur de la ciudad

El taco para bajarse la borrachera debe cumplir con tres condiciones: una salsa filosa; un horario extendido que permita visitarlos a altas horas de la noche; y la tercera pero no menos importante: un buen sabor que invite a volver una y otra vez aunque no se esté bajo los efectos del alcohol. Todo esto lo cumplen los tacos Los Qñados, un puesto callejero de esos que se han convertido en los consentidos de la zona y que la gente no duda en recomendar.

Así como el universo no se hizo en un día, Los Qñados no deben su fama a que algún influencer los haya posado. Han sido décadas de trabajo duro, experiencia y de sabor que los han hecho pervivir durante más de 40 años. “En fin de semana esto es una locura. Entre las motos de los servicios de las apps y los coches de la gente que nos visita, simplemente no nos damos abasto. A veces estamos hasta con el ceño fruncido, pero es que sí es mucha chamba”, nos dice el ‘Cuñado Mayor’.

Salsa a prueba de cualquier borrachera

Aquí el taco se come con dos salsas: verde y roja. Y aunque ambas están buenas, hay una a la que hay que tenerle más respeto, la colorada. Basta con una salpicadita para darle muy buen sabor a los tacos, pero si se te ocurre medirla mal y perderle el respeto así nomás, corres el riesgo de terminar babeando como perro pavloviano. “Tú échale sin miedo, cuñado. No ponerle salsa roja a tus tacos es como no venir”, te dice el otro cuñado que está a cargo de la parrilla del suadero, que es lo más pedido por la gente.

Y en efecto, es una de esas salsas que hay que probar al menos una vez. Ya si el picante no es lo tuyo, échale unas gotitas bien medidas, pero si eres entrón y de paladar de acero, éntrale con confianza: nada mejor que una salsa bien picante para que se te olviden las copas y hasta los pecados.

De famosos y tragones están llenos Los Qñados

La popularidad de estos tacos a nivel de calle no distingue clases sociales: lo mismo llega el peatón con hambre, el poli que anda con la panza vacía, el paramédico que viene a darse un break de la jornada o el cochista que baja la velocidad con la esperanza de encontrar lugar para estacionarse. Hasta personajes faranduleros como Verónica Castro o El Negro Araiza han venido a disfrutarlos. A pesar de que el comensal promedio se echa entre 10 o 12, algunos no le chiquitean y llenan todo el tanque: “una vez unos clientes, que son un grupo de 6 chavos, se comieron como 45 tacos cada uno”, dice el cuñado mayor, pelando los ojos mientras rememora la hazaña tragona en Los Qñados.

Así que ya sabes: si eres sureño y estás buscando uno de esos tacos que son infalibles para después de la fiesta o simplemente quieres probar de los mejores suaderos y tacos al pastor de la ciudad y no te gusta pagar más por el nombre o por un lugar ostentoso, Los Qñados te esperan con su matona salsa roja. ¡Pruébala y nos dices cómo te fue!