La inquietud por la cocina del Medio Oriente de los cocineros Daniel Ovadía y Salvador Orozco no se detuvo en Merkavá. Ahora un pequeño local donde el pan pita es el protagonista, forma parte de las apuestas gastronómicas del poniente de la ciudad. Su nombre es Tajaná y quiere decir pequeña estación en hebreo.
La idea del espacio de alma callejera es simple: pasar por un bocado rápido e inclusive pedirlo para llevar. Su menú es corto pero suficiente. Aquí encuentras desde los ya conocidos falafel (croquetas de garbanzo) y shawarma (el padre del taco al pastor), hasta el schnitzel (carne de ternera empanizada) o el parguit (muslos de pollo deshebrado) que también puedes probar en Merkavá.
Muy al estilo de la dupla de cocineros, su carta también ofrece opciones que salen de lo ordinario como la de mole de olla o la steak and egg, por si los visitas a tempranas horas del día. Cada una de las pitas son horneadas al momento y pueden ir acompañadas por coliflor al horno o camote a las brasas.
Para aderezar tu comida, prueba entre su variedad de salsas con sabores orientales y otros más mexicanos. Como la harissa, hecha a base de pimientos, la tehina con ajonjolí o la de verde de tomatillo y la de habanero que se explican solas. Y para bajar las pitas, tienen algunas cervezas artesanales y un par de bebidas de kombucha (té fermentado) que son servidas directamente de barril.
Si la liga de la justicia viniera a la ciudad, seguramente pasaría a Tajaná por un shawarma. Mientras tanto nosotros lo haremos por ellos.