Luego de que el gobierno anunciara un programa de reapertura paulatina para restaurantes, trabajadores de la industria realizan este jueves 4 de febrero un segundo cacerolazo para exigir más reaperturas y la ampliación de los horarios de servicio.
Este año inició con protestas de trabajadores de la industria restaurantera quienes, en la segunda semana de enero, incluso amenazaron con reabrir pese a que en ese entonces estaba prohibido debido al semáforo rojo que el gobierno de la Ciudad de México decretó el 18 de diciembre.
El resultado de esa presión fue la presentación de un programa para la reapertura gradual: Reabrir sin arriesgar. Dicho plan autorizó la reapertura de restaurantes pero solo aquellos que cumplieran con espacio al aire libre.
Esta semana, los trabajadores convocaron a un segundo cacerolazo en el Monumento a la Revolución. Entre las exigencias está la reapertura de al menos 40% de los restaurantes que no cuentan con espacio al aire libre. Además, también piden la ampliación del horario de servicio, de las 18 a las 22 horas.
Además de la protesta en el Monumento a la Revolución, los trabajadores también realizarán cacerolazos afuera de los restaurantes de la ciudad.
En medio de estas protestas y previo al segundo cacerolazo, Chilango ha hablado con restauranteros de la ciudad. Para algunos, la reapertura es el “respiro” que necesitan para sobrevivir. Sin embargo, para otros abrir sus puertas es insuficiente si no hay un plan de rescate de la industria.
La economista, politóloga y directora de la organización México, ¿cómo vamos?, Sofía Ramírez, explicó a Chilango que los empresarios concuerdan en que requiere acceso a crédito, lo cual “implica que haya una negociación del gobierno porque, por sí mismo, el sistema financiero no lo va a dar” y se necesita el respaldo del gobierno. Por ejemplo, en países como Turquía o Sudáfrica, el gobierno ofreció a los empresarios mecanismos de refinanciamiento y recomposición de la deuda, de acuerdo con información del Banco Mundial.