Sí, sí, muy bonita y todo, pero ¿es verdad que la sal rosa —también conocida como sal del Himalaya — tiene más y mejores nutrientes que la sal blanca?, ¿es cierto que tiene beneficios extraordinarios para la salud? Exploramos los mitos en torno a este bello mineral que ha conquistado a muchos por sus supuestas propiedades y también su bello color asalmonado.

Sal del Himalaya, ¿de dónde proviene?

Sí, la sal rosa o del Himalaya proviene de la mina Khewra, ubicada en la región de Pujab, Pakistán, la sección más occidente de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, no toda la sal de ese tipo proviene de esa zona.

La sal rosa se extrae principalmente de grandes lagos salados en Estados Unidos y otros yacimientos en Europa, Alemania, Polonia, China y África, de acuerdo con Oscar Irazaba Ávila, ingeniero geólogo encargado de las colecciones del Museo de Geología de la UNAM.

¿A qué se debe su color? 

La sal blanca que generalmente empleamos en la cocina, esa que no sabes medir muy bien y que a veces se te pasa en la comida, es un mineral llamado halita o sal de roca, y se compone de Cloruro de Sodio (NaCl). 

La sal rosa también es una halita y le debe su bonita coloración asalmonada a impurezas y otros elementos que la componen, principalmente al potasio.

“La halita como tal puede tener algunas coloraciones diferentes, depende de su lugar de origen y variedad de minerales que posee cada una, se puede encontrar incolora, blanca, amarillenta, rosa, roja, ligeramente azul o púrpura y en caso de que sea para consumo debe pasar por un proceso de refinamiento para evitar que las impurezas o contaminantes alteren la salud humana”, agrega Irazaba. 

Entonces, ¿los beneficios de la sal rosa son reales?

Existe una enorme lista de beneficios casi milagrosos atribuidos al consumo de la sal rosa. Se dice que previene los calambres, fortalece los huesos, regula la presión arterial, equilibra el PH, ayuda a conciliar el suelo y que incluso funciona como un antihistámínico para combatir alergias, entre otros mitos.

Si bien es cierto que, en comparación con la sal de mar, posee otros minerales (calcio, potasio, magnesio, azufre, flúor, entre otros), estos no se encuentran en las proporciones necesarias para que surtan un efecto positivo, inmediato o acumulativo en el cuerpo humano. 

“Si comparamos, la sal rosa puede ser como el pan integral y la sal blanca como el pan blanco, es decir que el integral es de un origen más puro”, dice la licenciada en nutrición, Zurizadai Rodríguez. “Por ser menos refinada, (la sal rosa) es más completa y tiene más minerales. El tema aquí es que el principal componente de la sal es el sodio y al no poder consumir mayores cantidades a las estipuladas, no podemos recibir la cantidad ideal de los otros minerales que posee, para obtener los beneficios de estos”. 

Además, “la sal del Himalaya no tiene propiedades que mejoren el funcionamiento del cuerpo, debemos recordar que el potasio es un elemento que se puede asimilar en el cuerpo humano y que sirve para algunas funciones del cuerpo humano pero no es que gracias a la sal rosa podamos mejorar la salud o alguna enfermedad”, agrega Óscar.  

La cantidad de sodio normal o permitida en la dieta diaria es de cinco gramos y su exceso puede desencadenar problemas de salud como hipertensión, retención de líquidos, o problemas renales. 

¿Conviene comprar la sal rosa o sal del Himalaya en lugar de la blanca? De acuerdo con la nutrióloga, el beneficio para la salud de la sal del Himalaya no es mayor. Sobre todo si consideramos que es tres veces más cara que la sal blanca.