Muy cerca del Metro Tasqueña el cielo se cae. Cualquiera pensaría que este diluvio sería suficiente para detener a los clientes de Rocking Burgers, pero, ¡oh sorpresa!, aún con paraguas o echándose una carrera, la gente llega a este lugar que se ha ganado su fama a pulso. El motivo: sus hamburguesas al carbón tan generosas como sui generis.
Desde la parrilla y mientras voltea carnes, Jorge me cuenta de su pequeño monstruo: la hamburguesa Heavy Metal. Una combinación de arrachera, carne al pastor, pechuga empanizada, salchicha alemana, mezcla de quesos, piña, camarones asados, guacamole, tocino, champiñones, salsa BBQ y salsa de alitas. “Esa es solo para quijadas bien entrenadas. De hecho tenemos la broma de que si te la acabas en cinco minutos junto con un refresco de 2.5 litros, tu cuenta es gratis de por vida”, comparte.
A esa hamburguesa hay que verla para creerla. Apenas la ponen en la mesa y los comensales primerizos se acercan a preguntar con ojos atónitos cuál es. Además, todas vienen acompañadas de papas a la francesa, acompañadas con queso cheddar. “Ahora que si quieren se las podemos cambiar por unas papas gajo o curly”, aclara Jorge. Y es que por customización aquí no se para: también tienen el hot dog Harrison, tal vez el único jocho de la ciudad que no lleva salchicha: lleva 120 gramos de arrachera, guacamole, queso manchego, queso Oaxaca, chorizo, papas a la francesa y habanero.
En Rocking Burgers también hay otras más “exóticas”, como la Papi Chulo. De reciente invención y que aún no está en la carta. Se prepara con carne de res, queso Oaxaca, un toque de guacamole, calamares empanizados, parmesano y salsa de alitas. Sobre por qué esta no tiene nombre rockero como las del resto de la carta, Jorge me responde: “si es que la gente la sigue pidiendo ya la rebautizaremos con algún nombre rocker”.
Lo rockero de este lugar no solo está en el nombre o en la decoración, sino también en la carta. “Tenemos la Doors —que lleva Doritos—, la Guns N’Roses, la Elvis, la Queen, la Hendrix o la Zoe. Esto es porque cuando apenas éramos unas hamburguesas de carrito, mi esposo quiso ponerlo su espíritu rocker al negocio”, me cuenta Gina, socia fundadora de Rocking Burgers.
Ah, y si no comes carne, también hay buenas noticias: la Janis o la Pink Floyd son para lactovegetarianos, que con una combinación de quesos y vegetales prometen dejarte más que satisfecho. Así que, ya sea porque quieras venir a probar unas buenas hamburguesas y jochos al carbón —y bajártelas con una malteada— o que quieras pasar un buen rato entre amigos, Rocking Burgers son las consentidas de los sureños.
Rocking Burgers
Dónde: Cerro San Antonio esquina con Huitzilac, Col. Eduación