Torta de pavo en Lonchería La Rambla

La calle Motolinía del Centro Histórico es protagonista de muchas historias que giran alrededor de la torta. Ahí se fundó la primera tortería formal en la ciudad a finales del siglo XIX, cuando esta tenía por nombre Callejón del Espíritu Santo.

La Lonchería La Rambla se funda en el mismo año en el que el Callejón del Espíritu Santo cambia de nombre a Calle Motolinía, como si el año 1928 fuera la transición de una nueva época tortera. Para el año 1934, la XEW, la estación de radio más influyente de la época, se muda a la calle Ayuntamiento. La cercanía con La Rambla hizo que lxs artistas comenzaran a ser clientes frecuentes y amantes de su famosa torta de pavo. Toña la Negra, Agustín Lara y Consuelito Velázquez, la autora de la canción “Bésame Mucho”, fueron algunos personajes que comieron en sus mesas.

El tiempo no pasa en este local, sus gabinetes color zanahoria siguen cómodos y conservados. Los pavos enormes se asoman hacía Motolinía en una vitrina que se encarga de antojar a lxs transeúntes. En una de sus columnas sigue un antiguo teléfono de monedas, medio de cientos de charlas a distancia. Incluso los mismos clientes siguen ahí, como si fueran parte del museo viviente. Tal es el caso de Don Alfredo, un historiador de 68 años que frecuenta el lugar desde que era pequeño, cuando sus papás lo llevaban a comer tortas de pavo. Hoy en día es fiel seguidor de los ajos en escabeche que le dan de cortesía.

La torta de La Rambla es sencilla a simple vista, los elementos son pocos pero son los necesarios. La receta entre panes lleva una jugosa carne de pavo que reposa en su caldo antes de llegar a la telera, un guacamole inigualable y un encurtido de zanahoria con chiles que van a un lado del plato principal.

Visitar Motolinía es adentrarte en un callejón lleno de historia. Sus palacios resisten a pesar del paso de los siglos, la inundación de 1629 y los terremotos de 1985 y del 2017. Sus loncherías, entre ellas La Rambla, continúan sirviendo el mismo menú que nuestrxs abuelxs probaron, y esta es la más bella conexión que tenemos con el pasado.