Adentrarse en un hotel para comer no es algo que hagamos muy a menudo en la Ciudad de México. De hecho, para quien vive y creció aquí es una costumbre casi que nula el conocer por dentro los hoteles, pero ir en busca de platos extraordinarios puede comenzar a cambiar estas costumbres.

En la zona hotelera de Campos Elíseos, en Polanco, está el Hyatt Regency, cuyo restaurante principal es Rulfo Paraje Latino (comúnmente solo “Rulfo”), el cual hace honor a Juan Rulfo uno de los escritores mexicanos más queridos, y que en su arquitectura y diseño destaca elementos que evocan al Zócalo de la CDMX.

Así como la literatura de Rulfo, que combina realidad y fantasía, así es el diseño y la comida de este lugar, famoso ya por su brunch dominical, pero cuya carta para pedir durante la tarde y noche combina lo mejor de la cocina mexicana, peruana y argentina; tres de las gastronomías latinoamericanas más reconocidas. De hecho, tiene una parrilla de carbón y un horno de leña para asegurar una preparación auténtica.

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Nuevo chef, nuevo menú en Rulfo

La nueva cara del restaurante Rulfo es el chef argentino Jorge Cobos, que junto con el equipo de cocina ha puesto el toque de preparaciones típicas de su país, pero sin olvidar la comida mexicana y platos de la gastronomía peruana.

La propuesta gastronómica personal de Jorge Cobos, así como para Rulfo, se centra en conocer la historia, costumbres y estacionalidad de los platillos y productos con los que trabaja. A partir de ahí, desarrolla un menú respetuoso con el entorno y el ingrediente, llevando al máximo la experiencia del sabor en cada plato.

Cada plato del nuevo menú es muy bello a la vista, tiene sabores balanceados, texturas que van de lo jugoso y carnoso a lo crocante, además de tener un toque de acidez que te provocará una sonrisa.

Dentro de los aperitivos puedes encontrar un minitaco al pastor y empanadas de carne picada.

Checa las entradas, porque aquí lo mexicano y lo peruano mandan: aguachile y tiradito de pesca blanca.

Entre los platos fuertes, el bife de chorizo aparece como una de las especialidades del chef: una carne jugosa, en su punto y con guarniciones coloridas que complementan este corte. Pide también el atún, una grata combinación entre proteína y verduras bien cocinadas y condimentadas.

La parte dulce es simplemente un abrazo para concluir. También un guiño a la cocina argentina son estos panqueques de dulce de leche con helado de vainilla y merengues secos. Un postre que parece empalagoso, pero no lo es, es suave y ligero para ponerle un gran punto final a la comida.

Un lugar ideal para una comida de negocios, para celebraciones especiales y para impresionar a alguien 😉