En una casona icónica de la colonia Roma, frente a la Plaza Río de Janeiro, se encuentra una nueva opción para viajar en el tiempo: La Gran Cantina Filomeno. Un elegante lugar que te atrapará con su encanto de antaño y las exquisitas creaciones de su chef, Alfredo González Rivas. 

Este edificio que fue construido en el siglo XIX albergó las primeras oficinas del Colegio de México, donde Octavio Paz fue presidente. Después, pasó a ser dormitorio de señoritas de un colegio católico y, en tiempos más modernos, una galería de arte. Hoy aquí vive la Gran Cantina Filomeno, con la arquitectura y decoración porfiriana original de la época.

Al entrar te recibirá un salón con paredes y pisos originales donde la estatua de Filomeno, personaje de la novela de Daniel Liebsohn que inspiró esta cantina, te recibe para dar paso a la gran barra de madera donde podrás sentarte a disfrutar algunas bebidas si no tienes ganas de comer.

Los salones del restaurante tienen una decoración elegante también adecuada a la época porfiriana, pero con toques modernos que hacen de estos espacios, ambientes muy cómodos para poder disfrutar comida rica y pasar un rato sin prisas y muy a gusto.

Aquí podrás encontrar platillos típicos de la cocina mexicana hechos con técnicas contemporáneas que los llevan a otro nivel. Cuando vengas, prueba los sopes de tuétano que son una delicia, la ensalada de tomate (que por más sencilla que parezca, es una verdadera joya), el clásico coctel de camarones Acapulco, un fideo seco, el chile güero relleno (nomás que aguas, porque puede que pique) o los taquitos de lengua. Y si eres de buen diente, pídete el chamorro o el pescado a la sal. Si vas en grupo, pide al centro para compartir y probar un poquito de todo. No dejes pasar los postres pues también te encantarán. 

Aquí la tarde se te irá volando entre tragos y platillos, así que si quieres un plan tranqui, a gusto y rico, La Gran Cantina Filomeno es una gran, gran opción. ¡Descúbrela!