El foie gras es protagónico: siempre roba cámara, incluso cuando es un elemento secundario. De los egipcios a los chilangos, todos reconocemos el esfuerzo de los patos que migran y los chefs que los cocinan, y lo celebramos dándole un buen bocado.
Aquí algunos ejemplos que funcionan como evidencia:
1. El de los franceses:
En un restaurante francés es común toparse con el foie. Hay algunos que lo sirven de una forma clásica (sellado, con alguna compota) como el Au Pied de Cochon, Le Petit Resto, Arturo’s o Le Bouchon. Otros juegan con la presentación como el Gu, que lo sirve como créme brûlee.
Los restaurantes vasco-franceses como el Bakéa o el Biko lo sirven también, el primero sellado y el segundo con algodón de azúcar.
Para prepararse en casa, puedes encontrarlo en La Boutique de Le Bouchon o en Au Charcutier.
2. El del resto del mundo:
Dos ejemplos recientes con este ingrediente se sirven en el restaurante Morimoto (Mariano Escobedo 700, Hotel Camino Real Polanco, 55277200): Ostiones con foie y foie gras chawan mushi. El segundo tiene consistencia de flan y viene acompañado con trocitos de pechuga de pato.
También ha formado parte de recetas mexicanas, como el del chile en nogada (que estuvo disponible por breve temporada) de Enrique Farjeat.
En otros lugares, el foie gras es parte del relleno de la pasta.
¿Ustedes tienen alguna otra sugerencia?