Si algo nos enseñaron los italianos, es que un buen plato de pasta puede arreglarlo todo. Bueno, exageramos, pero al menos nos aseguran una sonrisa en la cara —porque #carbohidratos—. Por eso y porque hoy es Día Mundial de la Pasta, recopilamos cinco de nuestros lugares favoritos en la ciudad para comerla.
Casa D’Italia
El nombre revela el cliché que encontrarás aquí: mesas con manteles a cuadros, paredes estilo trattoria y un menú clásico italiano. No que sea malo, al contrario, la tradición se respira en el ambiente y en sus pastas que parecen hechas por una nonna, en especial los gnocchi y la pasta con ragú, un apapacho al corazón.
La Macelleria
En sus platos se lee: «We are pasta victims» (“Somos víctimas de la pasta”). Es una fuerte declaración, pero bien fundamentada, pues sus pastas y sus salsas son hechas en casa. Con frecuencia cambian su carta pero una de las favoritas es la de ajo con limón y champiñones deshidratados.
Sartoria
Enrique Iglesias no es lo nuestro, pero un bocado de alguna pasta de este sitio es como una experiencia religiosa. No importa si eliges el gnoccho fritto —parmesano y prosciutto—, el tortelloni con mantequilla y salvia, o el tagliatelle con ragú de salchicha italiana, cualquiera te hará más que feliz. Sólo te advertimos: no querrás volver a comer pasta de cajita.
Belfiore
Si no te suena el lugar es porque antes se llamaba Bellaria. El nombre es lo que menos importa, pues su dueño de origen napolitano sigue al mando de este pequeño local donde hacen pastas maravillosas. Puedes escoger entre dieciséis variedades, aunque dos ganadoras son: agnolotti rellena de ricotta al limón y fettuccine con ragú de pato.
Il Becco
Este es el lugar más fancy de la lista. Si quieres probar un plato de pasta con el efecto Ratatouille, Il Becco es el lugar. ¿Por qué lo decimos? Fácil: imagina un pappardelle —de esas pastas gruesas— cocida al dente, bañada en salsa de cebolla y azafrán, con mucho —mucho— queso parmesano encima. Así de buena está. Si prefieres verla, dale clic por acá.