Este 2014 nuestra ciudad se puso más sabrosa y, la verdad sea dicha, hay más de diez lugares a los que hay que agradecerlo. Ésta es una probadita de los diez restaurantes que, cuando de comer se trata, muestran que hay de todo, para todos.
Los oaxaqueños: Guzina Oaxaca y Chapulín
Dos de los cocineros más reconocidos de la ciudad de Oaxaca, Alejandro Ruíz y Manolo Baños, trajeron al DF su sazón de casa. Guzina ganó cancha en el terreno de los desayunos (y cómo no, si tomarse un chocolate de agua con un queso en salsa y tortillas recién hechas es un viaje instantáneo al mercado oaxaqueño). Muy cerca, Chapulín abrió con fanfarrias dentro del Hotel Presidente Intercontinental.
Los compartidos: Lalo! y Paprika
Éstas son dos de las aperturas más recientes de este año. A sus chefs, Eduardo García y Josefina Santacruz, tal vez los recuerdes por capítulos restauranteros como el hamachi de Máximo Bistrot Local y los buns de pork belly de Sésame. Ambos extendieron sus dominios a Lalo! y Paprika. El primero es puro comfort food para desayunos y comidas que se sirven en una mesa comunal. El segundo, es un local inspirado en la cocina del medio oriente, con currys y tragos coquetos para compartir.
Los marchantes: Mercado Roma y Mercado del Carmen
A estas alturas del año es probable que los nombres de estos espacios te suenen a cuento viejo ¿pero qué tal cuando eran nuevos? Todo el mundo hablaba de ello. Eso es porque, Mercado Roma y Mercado del Carmen, trajeron al DF espacios que han probado su funcionalidad y éxito, el del mercado gourmet, donde la variedad se reúne con los antojadizos. Tapas, tortas, embutidos, vinos por copeo, pozoles, antojitos, tú nombra el platillo y alguno de los locales de estos lugares te lo concede.
Los food trucks: Burger Lab y Pinche Gringo
Las hamburguesas y el barbecue estilo tejano se ganaron los reflectores en el área de comida móvil, ya sabemos que Pinche Gringo no se mueve a ningún lado pero, en el sentido más literal, su cocina principal es un food truck-. Puedes reconocer a ambos lugares por la fila de personas en espera y luego ser recompensado con alguna de sus especialidades.