En la mitología mexica, Huexolótl significa “gran monstruo”. Una de las hipótesis que nos gusta creer es que la Guajolota tiene sus orígenes en esta bella palabra. Este monstruoso alimento, bomba de energía, nos ayuda a combatir largas jornadas de trabajo y distancias kilométricas que recorremos en el transporte y en las calles. Es maravilloso que el único momento que tenemos en el día para pensar en nuestras vidas esté acompañado de una torta de tamal, y qué mejor si es con amigxs.
Un alimento abundante para resistir, el más equitativo y asequible para el bolsillo del pueblo. Con el 8% del salario mínimo obtenemos la fuerza para trabajar por horas. Tal vez en provincia no lo entiendan, pero este platillo va más allá del sabor, se trata de lucha y resistencia ante un sistema que nomás no nos favorece.
La torta de tamal, las de lonchería antigua y las gigantes, son sistemas solares donde gira nuestra historia, nuestros sabores y nuestras familias.
“Una torta bien hecha es la manera mexicana de demostrar, a nuestra muy barroca manera, ese deseo de tener al mundo entre las manos. Porque la torta es mucho más que un simple alimento, es un refugio, una tabla de salvación, un símbolo identitario, la suma de nuestras pasiones y el reflejo perfecto del esplendor de todos nuestros mestizajes. En medio de esos dos trozos de pan, cabe nuestra historia”. -Benito Taibo
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