Chilangos, mexiqueños, capitalinos o como nos quieran llamar. Lo cierto es que nos pintamos solos para inventar cosas. Una de ellas es nuestra forma tan florida de comunicarnos con el resto de individuos cuando de cocina se trata. Estas son algunas de las frases de comida que sólo decimos los chilangos:
¿Me da dos con todo?
Llámese al momento en que uno tiene una seria conversación con su taquero de confianza y le solicita dos tacos con verduras y salsa.
Se lo encargo para llevar comiendo
Porque “el hambre lleva prisa”, hay que sortear los obstáculos de la ciudad para llegar al trabajo o a alguna cita con el estómago bien lleno.
Póngale de la que no pica
Es bien sabido que hasta en las salsas hay niveles y esta frase es muy común escucharla de la boca de alguien a quien la gastritis ya le pasó la factura.
Échemelos con copia
Si el hambre es mucha y la marmaja es poca (dinero pues), siempre podemos contar con que una tortillita extra hará las veces.
Una quesadilla sin queso
No reparemos en el nombre que se le da a la tortilla doblada con queso, pero si los chilangos queremos una de hongos sin queso, lo seguiremos aclarando.
¿Su taco con jardín?
Para los chilangos el cilantro y la cebolla equivale a nuestra ración diaria de vegetales.
Te encargo cuentas separadas
Los chilangos no somos codos, pero nunca falta el abusivo que pide seis cubas y un chamorro (para él sólo). Así que mejor nos regimos por nuestro propio ticket.
Uno campechano por favor
Aunque por definición de la RAE (Real Academia Española), la palabra campechano no tenga que ver con mezclar la longaniza con bistec o la coca con agua mineral, es parte de nuestro léxico culinario.
Bien doradita por favor
Si no sabes de qué hablamos, te falta barrio. Pero no te preocupes que te explicamos: es frecuente escuchar la frase al pedir una orden de tacos de tripa. Mmmm tripa.
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