El fin de semana pasado, un funcionario de la alcaldía Miguel Hidalgo —donde se ubican algunas de las colonias de mayor plusvalía de la Ciudad de México— presumió en Twitter el decomiso de triciclos de comida callejera en Polanco y Granadas. El hecho avivó un debate sobre el comercio informal y el derecho al trabajo.
“Esta administración es sensible y respetuosa de la realidad social y económica, en el caso de estos enceres se lleva a cabo un proceso apegado a la normatividad administrativa, con el fin de que no representen un riesgo sanitario o de protección civil para la ciudadanía”, publicó el pasado 15 de agosto Hegel Cortés Miranda, director general de gobierno y asuntos jurídicos de la alcaldía Miguel Hidalgo, luego de informar del decomiso de 140 triciclos.
Las críticas no se hicieron esperar. Al menos 445 personas firmaron una petición para que las autoridades locales regresen los triciclos decomisados. “Queremos que el alcalde Víctor Hugo Romo devuelva los más de 140 triciclos incautados por la alcaldía que servían a vendedores ambulantes como fuentes de empleo”, indica la petición.
Después de decenas de críticas recibidas en redes sociales, este lunes 17 de agosto, Hegel Cortés informó que los triciclos serán devueltos a sus propietarios y, en caso de no ser reclamados, serán donados “en primer lugar a Organizaciones Civiles mismas que ya se han puesto en contacto con esta dirección”. Sin embargo, el funcionario no detalló cómo será el proceso de devolución de los triciclos.
El debate sobre la comida callejera
El decomiso de triciclos en Polanco y Granada puso en evidencia la deuda pendiente de las administraciones de la Ciudad de México (y del país) en cuanto a la regulación del comercio informal, el cual es fuente de trabajo de al menos 2 millones de chilangos, de acuerdo con cifras de 2019 de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco).
Ese escenario no se vislumbra mejor si consideramos que por la pandemia de covid-19 se han perdido más de un millón de empleos en todo el país, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En la CDMX, entre enero y abril de este año, se perdieron 150 mil empleos.
Hablando específicamente de la comida callejera, ésta no es exclusiva de la Ciudad de México. Series como Street Food (Netflix) le han dado la vuelta el mundo para contar la relevancia de la comida de calle, no solo en cuanto a cultura y tradición sino como sustento de millones de familias. Otro ejemplo es el periodista gastronómico y cocinero Anthony Bourdain, quien recorrió el globo para encontrarse con los sabores de cada lugar, la mayoría —como él mismo lo decía— los encontraba en las calles.
Incluso, en 2015, Bourdain defendió la comida callejera chilanga luego de que The Wall Street Journal publicara un texto con una serie de advertencias para entrarle a la comida de calle en el entonces Distrito Federal. Bourdain calificó de “trágicamente fóbico” al contenido del blog que sugería evitar comer lechuga, por ejemplo. Si te falta barrio, acá 10 recomendaciones para identificar a un buen puesto de comida callejera.
En medio de la polémica por el decomiso de triciclos, el periodista gastronómico David Santa Cruz publicó un hilo en Twitter con base en su experiencia como escritor de comida de calle. En él, cuestiona mitos y fobias en contra de la comida callejera.
Mientras ocurre esta discusión, en el Congreso de la CDMX están pendientes dos leyes que regularían el comercio informal: la Ley que regula el ejercicio del comercio y el trabajo no asalariado en la vía pública y la Ley de trabajadores no asalariados, prestadores de servicios por cuenta propia y comerciantes en la vía y espacio público.