Bienvenidos a nuestro especial de comida callejera, una guía con los 50 mejores changarros donde hemos encontrado comidas espléndidas a pie de banqueta. Comenzamos con dos entregas, los diez changarros más rifados del norte y los diez de oriente; las fotografías que retratan la belleza de comer en la calle y, finalmente, las reglas que los chilangos seguimos para elegir un buen changarro de comida callejera. Ahora hablemos del decálogo del buen comensal en la calle porque hasta en camiones hay rutas 👌😎.
Decálogo del buen comensal
Prohibido ser pasado de lanza
La primera regla del decálogo del buen comensal: por lo que más quieras, no seas esa persona que finge no darse cuenta que hay gente esperando en el changarro. Paciencia. A la hora de la comida, casi es ley que los los puestos de comida callejera buenos estarán llenos, así que por favor espera tu turno, ¡todos tenemos hambre! Evita ser el pasado de lanza.
Higiene, señoras y señores
Comer en la calle no es sinónimo de mala higiene. Todos comemos de la misma salsa, usamos las mismas cucharas, así que por respeto a los demás, evita que LA señora cuchara roce con tu garnachita. Amén. Hay quienes dicen, además, que la cuchara se toma con la mano izquierda y se come con la derecha, ¡y nunca intercambiar manos!
No se vale ser encajoso
¿Eres de los que dejan su plato lleno de servilletas echas bolita? Te falta barrio. Comer en la calle significa economizar todo —tiempo, espacio, movimientos—, incluidas las servilletas y los limones, nadie quiere que se acabe el bendito jugo de limón.
¿Tacos después de la fiesta? Tacos después de la fiesta, pero…
Este decálogo del buen comensal callejero no estaría completo si no habláramos de los borrachines que llegan en plan reyes y reinas del mundo. Por supuesto que después de la fiesta no hay mejor forma para ponerle fin a la noche (madrugada) que pasar por unos taquitos, pero relájate un montón y evita hacer desfiguros o faltar el respeto a lxs trabajadores del lugar.
Tantititita
¡Por favor díganos que ustedes no hacen eso! Aceptémoslo, rompe el corazón agarrar un limoncito y darte cuenta que está exprimido 💔. ¿Qué clase de persona haría algo así? No, el limón exprimido va en su plato, aunque no haya tenido ni tantito jugo. Punto.
¡A platicar a otro lado!
Tampoco exageremos, obvio se vale platicar. La comida es convivir. Sin embargo, los puestos de calle no están hechos para la sobremesa; (casi) siempre hay alguien más en la fila esperando un taco, gordita, tlacoyo o torta.
Guarda las tarjetas y los billetes de 500
En parte para agilizar el proceso, a un puesto de calle siempre se va con morralla. Nada de hacer el oso sacando el billete de 500, aunque sí haya cambio.
¿En serio aún pides fiado?
A menos de que sea alguien muy, muy, muy de tu confianza, no pidas fiado. Bien dice la sabiduría popular: “antes de pedir dinero a un amigo, decide cuál necesitas más, al dinero o al amigo”.
Si te trataron bonito y/o estuvo sabroso…
Tip: dicen que si dejas propina antes de pedir, tu taquito estará más rellenito y te lo darán más rápido. No es regla, pero puede funcionar. Ahora, siempre se vale dejar propina en un lugar donde comiste sabroso y te atendieron bonito, ¡larga vida a ese tipo de changarros!
¡Pasa la voz!
Cuanto se trata de comida, los chilangos y los mexicanos sabemos compartir. Si sabes de una joya garnachera oculta, sabes que no podrás guardártelo, sino llevar a quienes conoces para que también disfruten. ¡Salud por eso!
En video, uno de los 50 mejores changarros de la ciudad: