En estos lugares son maestros en pipianes, cemitas y otras especialidades poblanas. Ahora que esta cocina está ganando lugar en el paladar chilango, te presentamos este especial para que le entres a todas las delicias que ofrece esta gastronomía.
La Poblanita
Desde 1947 este establecimiento ha sido un ícono. Su ambiente familiar, su decoración folclórica y su extensa carta de antojitos ha creado una base de fieles seguidores. Decidirse es difícil a la hora de ver el menú, pero a ojos cerrados te recomendamos que ordenes los sopes de mole poblano, la sopa de hongos y el manchamantel con cerdo.
Dónde: Luis G. Vieyra 12, Tacubaya, 2614 4707, lun-dom 09-20 hrs, $ promedio: 150, tc: todas.
Angelopolitano
Aunque se especializan en preparaciones artesanales también sirven cocina poblana contemporánea. El pastel horneado de mole o Chompongo es un must, pues tiene un sabor intenso y homogéneo de todas las especias. Por otro lado, el mole verde con pollo es ligero, acidito y con sabores herbales. Para el postre, no lo pienses dos veces y regálate un flan de tequila, es dulce y digestivo al mismo tiempo.
Las Cazuelas de la Abuela
Doña Carmen Saavedra consentía a sus 12 hijos con sus platillos favoritos el día de su cumpleaños. Tales recetas se heredaron al restaurante y así las albóndigas rellenas de chicharrón verde, el costillar en salsa de guajillo y el mole de olla que hoy vemos en la carta, representan el cariño de una madre por sus hijos. Cada especialidad reúne lo sabroso con una preparación ingeniosa y elegante.
Dónde: Av. San Jerónimo 530, 5683 8720, lun-dom 13:30-18 hrs, $ promedio: 200, tc: todas.
Casa Merlos
Han pasado 43 años desde que Casa Merlos inició como un servicio de cazuelas a domicilio. Debido a su éxito, en 1985 se instalaron como un restaurante. Su oferta es concisa, cada platillo está perfectamente bien investigado y ejecutado y, sin duda, el pipián verde es el ganador, por su armonía de sabores fuertes que van del ajonjolí al chile serrano y de la canela a los clavos de olor.
Las Chalupitas
Si quieres probar el antojito más representativo y adictivo de la cocina poblana, este sitio es ideal. Aquí uno viene a comer chalupitas y uno que otro acompañante delicioso, como arroz con plátano macho, enmoladas y una sopa azteca picosita. Las chalupas puedes pedirlas al centro para compartir. El servicio es excelente.