La ciudad tiene una oferta astronómica cada vez más vasta. Nuevos restaurantes se abren a diestra y siniestra pero esto no es razón para olvidar a aquellos clásicos que lo empezaron todo. Esta nota te invita a revisitar aquellos clásicos que aunque estén pasaditos de moda siguen siendo buenos y dando batalla. Recuerda viejos tiempos.
Alfredo di Roma
Muchos italianos ahora presumen de su frescura y arquitectura bohemia pero el papá de las pastas es este lugar. Creado en Roma por el mismísimo Alfredo, inventor de la pasta homónima, este sitio es totalmente oldschool. Tiene un señor cantando ópera, tiene decoración ochentena y cuadros del antiguo chef abrazando a Bush y Clinton… pero lo importante es la comida: deliciosa. Cuando vayas no dejes de pedir el fetuccini Alfredo y por supuesto unos profiteroles gigantes bañados en salsa de chocolate caliente para terminar.
Campos Eliseos 218, Polanco, 5327 7766, (dentro del hotel Presidente Intercontinental).
Les Moustaches
Clásico francés como pocos. Acá no andan jugando con fusiones is espumas, acá te sirven tu entrecote y tu sopa de cebolla a la antigüita y es de agradecerse. En esta casona blanca antigua llena de candelabros de cristal puedes sentir una atmósfera un poco pasada de moda pero va muy bien con los meseros muy bien presentados cuyo porte y disposición de antaño es uno de los mejores atributos que el lugar puede tener. Filete roquefort y mousse de chocolate es la alternativa.
Río Sena 88, Cuauhtémoc. 5533 3390.
San Ángel Inn
Probablemente fue una de las opciones para pasar tu bautizo o la fiesta de bodas de tus padres. Esta gran casa colonial con extensos jardines, fuentes y patios de telenovela sirvió y sigue sirviendo lo mejor de la gastronomía mexicana clásica. Una sopa azteca con su buena ración de aguacate y chicharrón es obligado y una ensalada cesar para acompañar tu filete chemita es una combinación celestial que si fue correcta para tus abuelos lo es también para ti y tus amigos.
Av. Diego Rivera 50, San Ángel, 5616 1402.
Sep’s
Si hay un lugar que amerita ser llamado clásico, es este. Su tenue luz, paredes de ventanales, pisos de mármol, pianista de cabaret y manteles blancos nos recuerdan a una época 30 años atrás. Aquí la carta no es tan grande pero lo que pidas es bueno. El filete en su jugo parece ambrosía para los dioses, el paté para compartir como entrada (que por cierto te regalan) es delicioso y la salchicha alemana con chucrut nos hacen regresar a este oscuro lugarcito de antaño.
Sonora 46, Condesa, 5286 3024.
El Rincón Argentino
Muchos han llegado después de este para tomar el poderío carnívoro de la ciudad, ninguno con la misma clase. Este enorme sitio hecho a madera tallada sirve algunos de los mejores cortes argentinos de la capital. Enormes churrascos, lomos y bife de chorizo desfilan por las mesas servidos por los señoriales meseros que saben siempre qué recomendar. No te vayas sin probar la sangría y por supuesto el alfajor.
Masaryk 177, Polanco, 5254 8775.