Otra de las grandes estrellas del restaurante es la cava. Un espacio con más de 250 etiquetas de vino entre las que hay una inclinación bastante marcada (obviamente porque los chefs son vascos) hacia lo español.
Lo más especial de este espacio es la mesa al centro, que ha sido testigo lo mismo de catas con enólogos invitados, que ocasiones familiares. Vale la pena para pedir un menú de degustación con maridaje.