¿Por qué son tan buenas?
Por la forma que te invita a chupar y chupar el suave contenido picosito hasta que no queda nada (es más, de pequeños no faltaba quien se metía la cazuelita completa a la boca y la acababa a mordidas). A parte era todo un ritual quitárles el plastiquito de encima para lamerlo y compartirlas a la hora del recreo en la escuela.
¿Cuántas te puedes comer?
Diez, fácil.
Enchilómetro:
2. Era picositas pero bastante dulzonas.