Casa Licha: El primer motivo de la visita es el pozole, lo sirven al estilo guerrero –blanco o verde- con el respectivo chile piquín, aguacate, rábano, chicharrón y tostadistas. El verde lleva un poco de pipían y hoja de aguacate que no solo le dan color sino un sabor inconfundible. Lo mejor, son las porciones: plato sopero para los de boca chiquita, chico –una olla de barro que equivale al grande en muchos otros lugares- y grande –un platón de barro para llenar un tanque-.
(Foto: Guanatos Gwyn en Flickr)