Koffie Café: El paso obligado es un acremado cappuccino al que se le pueden agregar unos ricos granos de azúcar moreno. En su carta aseguran ser los primeros en ofrecer Illy en México. Aunque hay comida lo mejor son los ricos desayunos de la casa, al final, habrás tomado al menos tres cafés. Para lograr el mayor disfrute, llega temprano y aduéñate de una mesa banquetera a leer el periódico.
Spuntino: Su mérito radica en la excelente vista del parque, el buen servicio, los precios accesibles y su final feliz con un rico café Lavazza. Para digerir con calma bien vale la pena acompañar con un sencillo postre y un espressolargo (lungo) que se puede pedir, aunque no de la forma más correcta, como un “americano de máquina”. A la mesa llega una taza de café con buen cuerpo y fina acidez.
Toscano: Es un referente de encuentro frente al Parque México. Con una privilegiada vista tipo estadio, las mesas ordenadas junto a la barra son el centro de reunión de toda la fauna condesera. Tip glotón: en el menú hay una tarta de pera que pareciera que fue hecha para acompañar a un espresso.
Segafredo Zanetti: Este espacio se transforma por las mañanas en el cafecito de señoras, para convertirse en zona de ejecutivos haciendo su lunch al mediodía. Por la tarde, jóvenes que además del café, inician un ciclo coctelero pre-festejo. Absolutamente todos vienen atraídos por la calidad del café que, siguiendo las estrictas normas de Segafredo en Bolonia, preparan toda la gama de estilos clásicos italianos como lo marca la regla.