En este rancio local todo puede parecer bizarro y de otro mundo, servicio desganado, pan y mantequilla envuelto en egapack pero eso sí, con pianista muy chic. Si te sientes perdido en la inmensa carta, no dudes en ordenar un rico chamorro horneado con pielecita crujiente de suave y rosada carne dentro. Para acompañar como un valiente, chilango recomienda un vino rosado mexicano el bajo costo.
Tocinómetro: sólo llegó a 3 manitas.
Dónde probarlo: Seps
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