Amada por unos y detestada por otros. La champaña es sinónimo de glamour y buen vivir. Pero lo que tal vez no sabías es que este vino espumante también se mezcla. De hecho la primera combinación de champagne con licores de naranja aparece en una publicación editada en 1861, se trataba de un libro de recetas de cocina llamado ”Book of Household Management” (Libro de la gestión del hogar) escrito por Isabella Beeton.
En 1869, el escritor Mark Twain mencionó un coctel de champagne en su libro de viaje “The Innocents Abroad” (Los inocentes en el extranjero). La mezcla llevaba la mitad de un vaso de champagne, un poco de coñac, gotas de amargo de angostura y azúcar. Más tarde, esta misma receta aparecería en “The Bartender’s Guide”, escrita por Jerry Thomas a finales del siglo XIX.
Los cocteles con champagne no son nada nuevo, tienen bastantita historia y la buena noticia es que en este verano vienen con todo. Checa las opciones chilangas de un buen trago con refrescantes burbujitas.
El descubrimiento, Gala
Qué lleva: Sake, Champagne, Cassis y frambuesas.
Por qué probarlo: La seductora mezcla del sake y el champagne garantiza toda una experiencia sumada a lo acidito de las frambuesas y el toque dulce del casis. Las cosquillas en la garganta se vuelven placenteras mientras haces barra en uno de los lugares con mejor mixología del DF. Es pegador, así que llévatela con tranquilidad pues baja tan suavecito, que quizá hasta que te levantes sientas el verdadero efecto.
Dátelo en: Bang Bang.
Un clásico, Kir Royale
Qué lleva: Champagne y Chambord (licor de frambuesas y cognac)
Por qué probarlo: Este cóctel es simple y muy sabroso, un clásico que fue utilizado mucho tiempo como aperitivo y que se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial. Símbolo de sofisticación, bebido más por mujeres que hombres, es uno de los imperdibles con champagne, especialmente si te lo tomas mientras disfrutas una noche de jazz en un sótano muy exclusivo.
Dátelo en: Jules.
La Novedad, 17 Spritz
Qué lleva: Martini Rosato, Aperol, Moët & Chandon Imperial.
Por qué probarlo: Este coctel sorprende por su sencillez y sofisticación, es una nueva creación que trae lo mejor de Italia y Francia en un solo vaso. El dulce amargor del Aperol va increíble con las notas especiadas y afrutadas del Rosato. El top de Moët & Chandon Imperial completa este sugerente coctel del que no podrás probar solo uno.
Dátelo en: Licorería Limantour Polanco y Roma.
17 spritz Limantour (L.F.P)
La mexicana, Margarita St. Regis
Qué lleva: Champagne, tequila reposado, gran marnier y jugo de naranja.
Por qué probarlo: Esta singular y burbujeante margarita es una de las mezclas más intrépidas que encontramos. Es un trago fuerte pero equilibrado, cítrico y en perfecta armonía con el tequila. Te la sirven en copa martinera y va adornada con una rodaja de naranja. Ideal para levantar el ánimo previo a la fiesta.
Dátelo en: King Cole Bar.
El seductor, Moët Berry
Qué lleva: Frutos Rojos, Jugo de Manzana, Moët & Chandon Brut.
Por qué probarlo: Este trago va servido en copa flauta, conserva la elegancia y el glamour típico de este espumoso. El jugo de manzana combinado con los frutos rojos hacen más potente la presencia del brut, sin empalagar o esconderlo. Puedes disfrutar de esta fresca propuesta coctelera acompañándola de ricos platillos orientales. Es un coctel muy bonito a la vista, seguro le tomas una foto antes de beberlo.
Dátelo en: Omiya Bar.
Para el relax, Miroslava
Qué lleva: Champagne, vodka y frambuesa
Por qué probarlo: Una combinación divertida y con la cantidad adecuada de alcohol para enfiestar. Es el trago emblema de uno de los lugares de Santa Fe, donde el precopeo es la opción. Hay un ‘Champagne Room’ con todo el espíritu francés, pero también puedes moverte entre la terraza y la zona de barra. Aunque la onda puede parecerte un poco fresa, pero el ambiente es relajado y las tapas son buenísimas.
Dátelo en: Central Central.
Burbujas en rosa (Getty Images)
Abandona tu zona de confort y deja descansar tus tragos habituales para darle entrada a una bebida que, de entrada, le hará cosquillitas a tu boca.
