El vino es para quienes tengan ganas de disfrutarlo, alejado de poses y ceremonias. Sus consumidores –sibaritas que buscan una experiencia placentera– van más allá del shot y las mezclas básicas. Ellos regresan al vino porque, sí, le tienen un cariño especial a las marcas nacionales (mezcal, cerveza y vino), y han comprobado que “el mejor vino no es el más caro sino el que se comparte”.
Llegó el momento de relajarse y tener a la mano alguna de estas botellas, sobre todo cuando tengamos con quién beberlo.
Picnic de azotea
Situación: En México no podemos consumir alcohol en la vía pública, así que las azoteas verdes son la mejor opción para un picnic con piquete. Si te gusta estar en contacto con la naturaleza, y estar más cerca del cielo, sólo consigue la locación, prepara unas coquetas chapatas, frutas, queso y elige el tinto indicado: un Entretanto
Por qué probarlo: Está hecho en el meritito Aguascalientes. Esta región vinícola ofrece una sugerente mezcla de uvas malbec, shiraz, grenache con 12. 8% de alcohol. Es un vino joven y ligero con sabor a jamaica en tono rubí. Enfríalo unos 25 min y verás la diferencia en su sabor.
Precio: 195 pesos.
Viernes social
Situación: La idea es echar la copa en plan tranquilo, acaso hacer una noche de iPods para balconear gustos culposos. Nada qué festejar, solo ganas de estar con los amigos por gusto. Compartiendo un Barbera de Santo Tomas.
Por qué probarlo: Lo produce una de las casa de vinos más antiguas de México. Es de un rojo violeta súper bonito; está hecho con uva italiana (que le da nombre al vino y crece desde hace 50 años en nuestro país). Cuando lo pruebas, sabe a grosella con vainilla y algo de tostadito hacia el final. Tiene 14 grados del alcohol y se presta para tomar dos o tres copitas.
Precio: 220 pesos
Domingo deportivo
Situación: El séptimo día de la semana generalmente va acompañado de chelas y fut, americano, beisbol o el serial Nascar. Pero ¿por qué no darte la oportunidad de disfrutar un tinto nacional Casa Madero 3V?
Por qué probarlo: Es de la legendaria Casa Madero, su propuesta pensada en los jóvenes. Sabe a una combinación de uvas merlot, cabernet y tempanillo. Se siente el sabor de fresas, ciruelas, con algo de especias, tabaco y madera. Es aromático y va perfecto con carnes frías y diferentes quesos para botanear.
Precio: 230 pesos
Parrillada cumpleañera
Situación: Es tu cumpleaños y quieres celebrar con una bacanal en todos los sentidos. Cortes de carne jugositos, chorizo, quesadillas, algunas verduras para nivelar la grasa y darle gusto a los vegetarianos, todo esto acompañado de un Quinta Monasterio Cabernet-Merlot
Por qué probarlo: Este vino tiene un toque mineral (o sea, es un poco saladito), y presencia frutal (como si el sabor fuera un extracto de mermelada de ciruelas).
Precio: 330 pesos
Escapada de fin de semana
Situación: Es puente o sencillamente te mereces un fin de semana lejos de la chamba y la locura citadina. En tu plan último minuto, invitas a la banda y agarran carretera. En su destino, comparten una deliciosa botella Ojos Negros Merlot para celebrar el viaje.
Por qué probarlo: Es un tinto delicioso y suavecito con sabor a cereza, moras y especias, en especial clavo. Su olor es floral con notas de chocolate. Lo produce la Bodega San Rafael, en la región de Ensenada. Tiene 13.9% de alcohol y cuando te lo tomas es como si fuera de terciopelo.
Precio: 395 pesos
Apantallar a los suegros
Situación: Resulta que llegó el día de conocer a los papás de tu novia. La estrategia es ser tal como eres. Obvio no puedes llegar con las manos vacías, un Mariatinto es la opción.
Por qué probarlo: Es un ensamble de varias uvas, tiene una mezcla de sabores que asombra por su claridad: moras, frambuesas, pimienta, cuero y café. Es un vino que se ha convertido en un éxito. Potente en alcohol, se bebe bien solo o puede ser parte de una cena con aves o carnes rojas sin problema.
Precio: 410 pesos
El Sommelier y gerente del restaurante J&G Grill, Marcos Figueroa, fue nuestro experto consultado. Si se quedaron con dudas, escríbanle a [email protected].