Pan con frijol- No hay nada más rico que apañar el bolillo o el vil pan de caja y sopearlo en el bote de los frijoles, sí, sopearlo aunque no te hayas lavado las manos.
Este snack no entra en la categoría del recalentado, porque la onda es comértelo así en frío. Y es que en esos momentos de la post-borrachera, a cualquier le agarra una hambre feroz junto con cansancio y sueño. Lo último que quieres es preparar, por eso éste es de los famosos de los borrachitos.
Recalentado- De tocho morocho. Si bien los mexicanos tenemos una cultura en la que el recalentar el guisado es básico, porque no hacerlo después del reven. Así es, como recalentado se incluyen todo tipo de comida casera: arroz con albóndigas, tinga, pollo en salsa verde, pasta…todo lo que requiere de una cazuelita o sartén, pero que recalentado o frío, sigue teniendo ese “rico sabor casero”.
Nachos- Austeros y caseros. Lo único que se necesita es una bolsa enorme de tostitos y queso amarillo o americano.
Sin embargo, este snack no tendría el honor de ser un monchis borrachero si no sigues los pasos de preparación. La idea es que en un plato hondo sirvas una capa de tostitos, coloques una rebanada de queso, luego otra capa de tostitos y luego queso y consecutivamente hagas las capas que quieras según tu antojo para después gratinar el “platillo” en el micro.
Burritos de lochibon- Este es el mero bueno de los hambrientos, flojos y muy borrachos.
Todo borracho de nombre tiene que tener su stash secreto de burritos, y si no, lo compra en el primer Oxxo que se encuentre saliendo del antro.
Y es que son la onda, son la cena gloriosa en esos momentos. El antojo del burrito llega a ser tan grande que ni siquiera necesitas el micro.
Eso sí, comerlos fríos en un estado de sobriedad, es firmar sentencia a una probable indigestión o naúsea.
Salchichas frías- En esos momentos, abrir el refri para dejar que esa luz blanca de paraíso te de la bienvenida al antojo monchero, es sin duda el instante de gloria de la noche. Y es que si ya estas entrándole a los embutidos del refri de tu casa, quiere decir que o no ligaste, o que estas roto para ir a los tacos.
Combo taquero- Si algo nos hace chilangos de corazón es echar el taco después del reven. Para empezar el chicharrón de queso, seguido por un rico jugo de carne para cerrar con broche de oro con unas cuantas órdenes de pastor, costilla, bistec con queso y suadero. Por supuesto todos ellos bañados en todas las salsas pa’ que amarre.
Rollos de jamón con queso- Porque rapidín muchas veces es más rico. Con una rebanadita de jamón rellena con el queso de tu preferencia, hazlo taquito y pa’ darle más saborsito sopéalo en la salsa del refri. Este es el placer sencillo que calma el antojo de la post-borrachera.