La historia cuenta que el Oktoberfest se originó en 1810 a partir de una fiesta de boda en Baviera. Este festival es actualmente la feria de cerveza más grande del mundo, tiene una duración de entre 15 y 18 días, comienza a finales de septiembre y se prolonga hasta los primeros días de octubre.
Después de este breviario cultural, vamos a los verdaderamente importante, este festejo ha ido más allá de las frontera alemanas y ahora se replica en muchas partes del mundo.
Nosotros, los chilangos no somos la excepción, pues todo lo que implique una gran fiesta con un montón de comida , cerveza, música y relajo siempre será de nuestro interés.
Aunque no tengamos el presupuesto para armar una gran tienda de campaña con tablones y un grupo musical en vivo, hemos reunido los puntos más importantes para que hagas un mini Oktoberfest en el patio de tu casa o del vecino. Toma nota:
El lugar
Lo ideal es conseguir un patio, jardín o azotea. Obtener una lona, para protegerse del clima bipolar y para darle un toque rústico conseguir un tablón rectangular donde todos puedan convivir al más puro estilo de taberna. Las sillas puedes recolectarlas de tu casa y de la del vecino para que todas sean diferentes y le des un toque original. Decora tus mesas con papel de china en los colores de la bandera alemana: negro, rojo y oro, o con los diamantes azules y blancos de la bandera de Baviera.
La cerveza
El centro de la celebración tiene que ver con este vital líquido, así que habrá que encargar varios barriles, uno para emular al Alcalde de Múnich que ceremoniosamente golpea un barril para inaugurar la fiesta y servir la primera ronda a los asistentes. Los demás barriles serán el combustible de nuestro micro festival chelero. Varias chelas artesanales venden barriles, así que no necesariamente tienes que comprar cerveza industrial. Lo que si es importante conseguir los tarros de a litro para lograr la experiencia completa.
El outfit
Si ya estás entrado en gastos, el vestuario le dará el toque de auténtico Oktoberfest.
Ellas: Blusa blanca estilo campesino, una falda amplia corta o larga en colores solidos, azul marino, rojo, morado o negro. Encima va un corsé tradicional, un mandil sobre la falda, calcetas largas y zapatos tipo escolar
Ellos: Camisa blanca de vestir, de manga larga o corta. Pantalón verde oscuro o negro , con tirantes y un poco de frente plano. Botas o zapatos de cuero negro o marrón y calcetas largas. Si usted tiene un sombrero de fieltro es el momento de usarlo.
La comida
Habrá que apegarse lo más que se pueda a la abundante oferta de la comida alemana tradicional que va desde una variedad de wursts (salchichas alemanas), pasando por el pescado a las brasas ensartado en un palo, sopa de papa, repollo rojo y chucrut, pretzels suaves , y varios animalitos asados como pollo, pato y cerdo. De postre puede ser un buen detalle tener manzanas acarameladas o las famosas Lebkuchenherzen que son galletas de jengibre en forma de corazón con mensajitos amorosos.
Tip: para que las salchichas agarren un original sabor alemán, déjalas reposar en un baño de cerveza con cebolla y mantequilla.
Entretenimiento y música
Quizá no sea posible tener una banda en vivo y mucho menos tocando rolas tradicionales del sureste alemán, lo mejor es la variedad (hasta gustos culposos, por sus ‘play list’ los conocerás) así arma un duelo de iPods, pero el primer turno lo tendrá aquél que supere la carrera de tarros. Pones a los participantes con dos tarros llenos de agua hasta el tope (no queremos desperdiciar chela) en cada mano y marcas una línea de meta. El reto es ser el más rápido en llegar, pero con la mayor cantidad de liquido posible. El ganador tendrá derecho a poner su rola y hacerla de DJ una hora. No tendrás juegos mecánicos ni caballos percherones pero se van a divertir como nunca.
¡Prosit ! o sea ¡Salud!