Ya entrada la noche llegamos al nuevo local de uno de los bares más nobles de esta ciudad. Todo tipo de gente se arremolina en lo que a simple vista parece una vecindad del Centro Histórico con el pequeño pero significativo detalle de estar en plena colonia Condesa.
La mente detrás del concepto de Mexinaco es el buen Pancho Castillo, un tipo a todo dar que confiesa que el concepto del lugar “fue lo más económico para levantar un bar ‘acá’, con onda y alivianado, la inversión fue la creatividad y los adornitos populares que se compran por docena en el mercado de Sonora”
El bautizo
Hace tres años, Pancho se puso a jugar con las palabra que mejor se adaptaban a su proyecto: Mexicano y Naco. Así, por una cuestión de fonética chida hizo su aparición en marquesina la palabra Mexinaco. Pancho reconoce “No fuimos los en pensarlo, pero nuestro estilo tiene que ver más con la identidad nacional que con la burla, para nosotros ser naco no es algo peyorativo es una especie de identidad nacional que nos acompaña desde la infancia como el luchador, la cumbia de micro o los XV años”
Pancho investigó el origen de la palabra naco y una de las acepciones con las que se siente más cómodo desde que abrió Mexinaco es que proviene de una contracción de la palabra “nahuaco” que significa “el de aquí”. Durante la conquista se referían a un naco o un “nahuaco” querían decir que esa persona era originario de ese lugar.
Mexinaco es para todos
Este bar es un laboratorio de posibilidades sociales; cuando se movieron de la calle de Ámsterdam a Michoacán, perdieron a la clientela que buscaba el espacio para bailar y el foro con música en vivo. Pero este cambio reunió una nueva clientela y algunos de los antiguos clientes entendieron que esta vez se trataba de un bar, algo más intimo pero con el mismo espíritu.
Le caen turistas europeos y de otras partes del mundo, para darse su baño de pueblo sin salirse de este código postal. También viene los chavos de Aragón y de más lejos, le caen con la banda a escuchar música sin complejos y de alguna forma insertándose en el imaginario social de la zona. En Mexinaco puedes toparte a cualquiera gracias a sus democráticos precios, el tipo de música que suena (pues tienen extrañas joyitas del folklore nacional) y un ambiente muy relajado.
Pancho comenta “este nuevo Mexinaco, seguimos buscando ese factor de cohesión social con el que todos nos sentimos identificados de manera clara u oscura con elementos que forman parte de nuestra cultura. Claro si vas a la colonia Obrera o a la Guerrero, vas a encontrar una pulquería que se ve como Mexinaco pero ese lugar es así desde siempre, mucho antes de que nosotros existiéramos. Lo nuestro es un homenaje, es apropósito, lleno de humor involuntario, la decadencia es a propósito. Lo que hicimos fue sacarlo de su contexto para meterlo dentro de una gran vitrina que es la colonia Condesa.”
No dejamos de mover el piecito cuando…
De lunes a jueves hay una rocola gratuita, puedes llegar y seleccionar la piezas que más te latan de acuerdo al ‘mood’ y al día de la semana en el que te des una vuelta. En las rocola a 56 mil canciones, ahí nomás -para darse un quemón-, la mayoría son en español hay cumbias raras, música norteña, banda y poco común, Tex-Mex y bastantito rock en español.
La idea es que cantes y bailes en tu idioma, con rolas que escuchaste en tu infancia y adolescencia, con tu familia, cuando ibas camino a la escuela. Canciones que están es tu subconsciente y que en Mexinaco se disparan. Pancho nos cuenta del fenómeno Rigo es amor: “Rigo es un emblema del lugar, es una especie de “John Lennon de Tepetongo” sus letras básicas e inspiración instintiva, superan lo desafinado que era y lo mal que sonaba en unas grabaciones. Pero de tan malo, durante la fiesta llega a ser sublime y es inevitable mover los pies cuando suena el ‘stchi, stchi, stchi’ de la cumbia”
Naquear es más cómodo que rockear o ir de antro
Podemos andar de nacos con la ropa de diario o la del trabajo, no es necesario producirse para enfiestar en Mexinaco. No necesitas un “outfit” determinado. Naquear en este bar es barato, requiere menos esfuerzo y dinero. Te la pasas chido sin complicaciones ni códigos de vestimenta.
Abren toda la semana, de lunes a jueves la chela está a 15 pesos, así que le pondremos estrellita por ser uno de los lugares más democráticos en este corredor nocturno. Viernes y sábado hay Dj que naquea gusto, no se sale del concepto. Tiene buenas marcas de mezcal como Rey Zapoteco, Santa Pedrera y Joya Oaxaqueñas; pronto ofrecerán el Mezcal de la Casa llamado ‘mexinaco mexican party’ y será un verdadero hitazo.
Aunque ofrecen varias marcas de chela industrial, también hay cervezas artesanales como la Malverde, Zapata, Minerva y una de cardamomo que se llama “chécate esta” que sabe buenísima. Un imperdible del lugar son “los tintanes” (mezcal con tamarindo, piña, horchata o jamaica) y para batanear a gusto nada como unos sopecitos con cecina.
No tienen chef pero tiene un cocinero con harto sazón. Tampoco encontrarás un mixólogo pero el bartender prepara tragos bien servidos. No llegan a carta, su menú es a mano en un cartón, su cocina es banquetera (o sea de banqueta) pero con ingredientes de muy buena calidad con pura joyita de la cocina nacional.
Todos llevamos un Mexinaco en el corazón que habrá que sacar de vez en vez al ritmo de cumbia; como en aquellos XV años o esa graduación en la que no conocías a nadie y no recuerdas ni porque o quién estabas ahí, pero, igual te la pasaste chido.