La leyenda dice que …
En el antro le meten drogas a las bebidas. El efecto de los estupefacientes mezclado con el alcohol sucesivamente hace que el bebedor quede embriagado al grado que no pueda defenderse, moverse y en muchos casos queda inconsciente. El efecto es similar a una muy mala borrachera caracterizada por las peores lagunas mentales. La escena: la víctima se despierta sumergido en una tina repleta de hielos, con un fuerte dolor de espalda y escrito en el espejo ve el mensaje que dice “Tu salud está en peligro, llama a una ambulancia”. La víctima aterrorizada trata de moverse para darse cuenta que tiene heridas a los lados de la columna. Resultado: víctima de traficantes de órganos.
¡¿Qué pasa en realidad?!
La leyenda tiene sus tintes reales y fantásticos. El tráfico de órganos es difícil de llevarse a cabo. El procedimiento debe de ser increíblemente meticuloso y especializado por que los órganos se infectan de inmediato y tienen pocas horas de “vida”. En el caso de un transplante deben de estar en cuidado extremo mantenido en líquidos y sustancias especiales para que pueda ser transplantado a otra persona. Aunque el tráfico de órganos sí existe, pues se ha convertido en un negocio fraudulento e increíblemente perverso. Pero este rumor es en efecto una leyenda urbana que tuvo origen en los 90’s y que en su momento, aterrorizó a mucos borrachos.