Ray Bradbury escribió que cada escritor busca la forma de alimentar su musa y son escasos los que recurren a la leche con galletas. La mayoría de los genios literarios tuvieron una inspiración más bien sedienta y buscaron las palabras en el fondo de una botella.
Estemos de acuerdo o no, el alcohol ha sido parte de la vida y obra de importantes escritores. Ya sea como “quitapenas” en las largas noches frente a la máquina de escribir o como sustancia que embriaga las emociones de algún personaje de novela.
Esta es solo una pequeña selección de algunos escritores que decidieron hacer soluble su conciencia en alcohol para huir de esa alucinación llamada realidad.
William Faulkner
La civilización empieza con la destilación
Quién fue: Un escritor considerado némesis estilística de Hemingway, nació en Mississippi. Aunque fue mal estudiante por ser disperso, su genio literario superó cualquier 6 obtenido en la primaria. Fue pintor de techos, cartero y guionista en Hollywood.
Sobre su escritura: Faulkner aportó a los recursos literarios los saltos en el tiempo y en el espacio dentro de la narración, el monólogo interior, los múltiples narradores o puntos de vista y fue indirectamente responsable del boom latinoamericano, al ser uno de los autores favorito de Juan Rulfo, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, en cuya escritura se nota la influencia Faulkneriana.
Tipo de bebedor: Arrogante y siempre jugando con el vértigo del alcoholismo. Nos dejaba conocer entre párrafo y párrafo las características del buen whisky de centeno, característico del sur de los Estados Unidos. Sus fieles lectores suelen rendirle homenaje derramando whisky en su tumba.
Una probadita: “Tengo la plena certeza de que las mejores, las más deliciosas charlas acerca de perros que he escuchado en mi vida tuvieron lugar en torno a una botella de whisky, tal vez en torno a dos o a tres…”
Malcom Lowry
La única esperanza es el próximo trago
Quién fue: Una pluma inglesa seducida por México. En 1935 llega a Cuernavaca para escribir su obra más importante, Bajo el Volcán donde se manifiestan los temas recurrentes en su obra: el alcohol, la soledad y la muerte. De personalidad compleja, exhibicionista y ególatra, fue un escritor que logró una relación intensa entre vida y literatura, casi al grado de ser una misma.
Sobre su escritura: Cada palabra tienen tanta fuerza que parece un golpe, escribia con deseperación y claridad. Su prosa es un laberinto de emociones, con altas y baja sorpresivas. Autobiográfico y simbólico.
Tipo de bebedor: Borracho admirador de la luz que iluminaba las cantinas por las mañanas, bebedor de gin, tequila y mezcal. Lectores de culto se reúnen anualmente en Cuernavaca para recorrer las cantinas donde bebía el protagonista de la novela (alter ego de Lowry) locales sencillos, pulquerías, tabernas de mala muerte, que motivan cada año esa extraña peregrinación.
Una probadita: “El cónsul, chupando un limón, sintió que el fuego del tequila recorría su espina dorsal como el árbol que, fulminado por un rayo, florece milagrosamente”
Herman Melville
Mejor dormir con un caníbal sobrio que con un cristiano borracho
Quién fue: Además de ser el bisabuelito del conocido músico “Moby” (obvio se puso ese nombre por la novela de Moby Dick) estudió filosofía y fue un viajero más por necesidad que por curiosidad, pues la falta de dinero lo llevó a embarcarse en un ballenero que luego le daría material para su obra más importante.
Sobre su escritura: Todos sus escritos giran en torno las fantasías de la conducta y los sentimientos. Es unos de los mejores prosistas en lengua inglesa. Su literatura fue cataloga como de viajes y aventura sin embargo la complejidad de temas y personajes en algunos de sus cuentos es sorprendentemente sombría e intelectual.
Tipo de bebedor: Bebedor malhumorado, agobiado por sus deudas y la crítica literaria (sus obras fueron valoradas mucho años después de su muerte)
Una probadita: Los largos y afilados vasos de acero se elevaron; y con gritos y maldiciones contra la ballena blanca, la bebida fue simultáneamente engullida con un chirrido.
Raymond Chandler.
El alcohol es como el amor. El primer beso es mágico, el segundo es íntimo, el tercero es rutina.
Quién fue: Primero fue soldado, luego trabajó como ejecutivo en una compañía para después convertirse en el padre de la novela negra y creador de los relatos policiacos que marcaron la década de los 50. Nació en chicago y creció en Londres donde se hizo aficionado a las tabernas y los pubs.
Sobre su escritura: Revolucionó la trama de intriga y suspenso, logró introducir ambientes y situaciones de misterio con recursos innovadores. Creó al detective Philip Marlowe y lo dejó hablar con formas coloquiales de un realismo sarcástico poco común en la novela policiaca.
Tipo de bebedor: Era muy divertido y aunque se le pasaban la copas menudo mantenía la compostura. Fanático de los cocteles, en especial el Gimlet, una mezcla de gin con jugo de lima Rose’s. Digamos que el detective Philip Marlowe fue la Carrie Bradshaw de su tiempo al popularizar este coctel entre los lectores de la época.
Una probadita: “Me gustan los bares cuando acaban de abrir para la clientela de la tarde. Dentro el aire todavía está limpio, todo brilla, y el barman se mira por última vez en el espejo para comprobar que lleva la corbata en su sitio y el pelo bien alisado. Me gustan las botellas bien colocadas en la pared del fondo, las copas que brillan y las expectativas.”
Guillaume Apollinaire
Tandas de poesida etílica
Quién fue: Poeta nacido en Roma, francés por adopción y convicción, es uno de los más intensos y desgarradores de su época, considerado algo así como el Picasso de la literatura. De haber cubismo en la literatura, uno de sus máximos exponentes sería Apollinaire.
Sobre su escritura: Poesía que combinó de manera atrevida imágenes y conceptos opuestos. Unos de los poemarios más importantes dentro de su obra es Alcoholes escrito en 1913, que mantiene una vigencia sorprendente a casi 100 años de su escritura. Verso libre, lenguaje sin pretensiones, experiencias cotidianas y una sensibilidad visionaria, poco común a las manifestaciones artísticas de su época.
Tipo de bebedor: Amante de la vida nocturna, comedor voraz, férreo bebedor y fumador, que alardeaba de reponerse de los estragos de una borrachera con una siesta de quince minutos.
Una probadita: “Y bebes ese alcohol ardiente como tu vida, tu vida que bebes como una copa de aguardiente”