Todo empezó en 1992, cuando la colonia Juárez no tenia lugares que ofrecieran vida nocturna alternativa y cultural. La inauguración fue discreta, un grupo de amigos que buscaban espacios para su proyectos, en especial los de artes escénicas y teatro: un espacio bohemio donde reunirse.
El lugar elegido fue el número 18 de la calle de Milán, donde antes estaba la Galería de Arte Mexicano. Detrás de este nuevo bar estaban tres personajes clave: Tolita Figueroa, Lorena Maza y Daniel Giménez Cacho. La idea era sencilla y divertida: abrir un bar que permitiera financiar la construcción de un teatro (actualmente El milagro en el número 24) y otros proyectos culturales.
Así, este bar de pequeñas dimensiones se fue convirtiendo en el lugar para echar la copa, reunirse con los amigos y conocer todo tipo de personajes que se acercaban gracias al boca-boca. También era innegable que estaba inspirado a todas luces en los bares de “movida madrileña” y no tardó en volverse un interesante caldo de cultivo cultural, social y artístico.
En su primera etapa, toda la década de los 90, fue un lugar en el que artistas de diversas disciplinas lo usaron como una especie de refugio, además era un lugar muy cómodo para hacer barra bastante rato, pues la intensidad de la música permitía una buena platica.
En los dosmiles se mantuvo con su clientela fiel, curiosos y turistas, pues sus elementos decorativos son harto mexicanos (en especial la nopalera que domina la barra y los detalles de arte mexicano que llegan hasta los baños). Su diseño está inspirado en una producción teatral con utilería y escenografía.
Los estudiantes no lo abandonan, pues es un bar de batalla. No hay cover, tampoco es necesario comprar botella para tener mesa, está súper bien ubicado y la selección musical no falla.
Algo que se ha mantenido durante estos años es su propia moneda, una vez que cruzas el umbral tus pesitos mexicanos deben convertirse en “milagros” o no conseguirás beber en toda la noche. Así que la tradición se mantiene, al llegar los primero es ir directo a la caja y acercarte a la barra ya forrado de milagros.
Milagros (AG)
Año 2013 en el Bar Milán. La fiesta ha evolucionado, se sigue armando de martes a domingo y los clientes son tan variados como la música (podría decirse que son “Godinez friendly” entre semana y hacia el fin le cae la banda hipster, alternativa y artística). Lo chido del Milán es que todos se la pasan bien, mientras tararean una rolita indie o comienzan a bailar con una salsa o un merengue.
Los tragos coquetos son la constante y si lo visitas por primera vez estás obligado a probar un mojito, aunque la carta de cocteles es variada y sus barmans son súper aplicados. Por eso el mejor tip para disfrutar del Milán es llegar temprano, tomarse el tiempo de explorar espacio, trago y música en las primeras horas de la noche.
Mojitos (AG)
El origen del Bar Milán está ligado al sentido de pertenencia, a la importancia de hacer comunidad y de ofrecer espacios de convivencia cultural dentro de la vida nocturna chilanga.
Un lugar como el Milán no pasa de moda, porque nunca fue una moda.
Bar Milán
Milán 18, entre Lucerna y General Prim, col. Juárez
Tel. 5592-0338 / 55920031
