Hay unsector de la población que sabe utilizar la copita siempre a su favor:pareciera como si no importara a dónde vayas a comer, siempre hay una mesaterrible de esta especie acaparando más del 50% del aire con sus pláticas yrisas en decibeles altísimos que te hacen voltear tiro por viaje. Esta especie claramente no se encuentra enpeligro de extinción y puede que en tu freelancismo no entiendas qué es loque pasa o simplemente tal vez te encuentras en su hábitat y tú ni en cuenta. El oficinista cuenta con la capacidad dehacer un antro de cualquier restaurante-bar y a continuación te muestro unaguía de sus zonas de confort más comunes.
1. Sólo Sanborns: Carlos Slimes un genio, hay que aceptar que no cualquiera tiene la capacidad de poner unlugar en el que se mezclen tantos factores de reunión y, el que nos competehoy, o sea el oficinista, es de los más notorios. ¿Cómo lo logró? Con un sacorojo. El oficinista se ve completamenteenamorado por la mesera en saco rojo que llega con dos botellas miniinvitándolo al bar del lugar. Como comensal promedio, por lo regular tú ledices que no, gracias. El oficinista enloquece con la mesera y a los diezminutos puedes escuchar los gritos y cánticos de guerra con fondo musical deAmanda Miguel y Diego Verdaguer. Definitivamente se están divirtiendo más quetú. Provecho.
2. Fisher’s: Aunque todos sabemos que el lugardel marisquito feliz comenzó como la madre nodriza de los papaloys, hoy en díaes una cosa muy exótica. No se tú pero amí me ha tocado ver a los del gafete en el pantalón comiéndose un aguachile conun chaser de perla negra. Este lugar se caracteriza por tener todo lonecesario al alcance de cualquier borracho: buena comida y tragos bien servidosy el oficinista aprovecha esta situación como experto. La crisis desaparecetodos los días de dos a cuatro cuando las mesas kilométricas de pingüinosllegan a conquistar este lugar.
3. La Condesa (toda): En la épocade la prehistoria, el prehipster se reunía en esta zona de la ciudad yaprovechaba las opciones deliciosas de comida y bebida para pasar un buen rato.Hoy en día, la Condesa se ha saturado a tal grado que pareciera que la gente sesaliera de las ventanas de los lugares de las calles principales. Todos losdías. Después de las seis de la tardepuedes olvidar que te querías ir a tomar algo, es prácticamente imposibleencontrar una mesa pues el oficinista ya la acaparó: ya salió de trabajar.Investigaciones recientes indican que esta manada de individuos empezarán aconquistar la Roma. Aguas.
4. King’s Pub: Todossabemos que el concepto de Pub en México no tiene absolutamente nada que vercon el original, no, no nos interesa lamúsica tradicional y la confundimos con bandas que coverean a Fher de Maná ydeciden tocar una canción de The Cure después, tampoco nos interesa lacomida y tomamos una tabla de quesos como la botana ideal para acompañar lacerveza de barril. Esa falta de interés por el concepto del public house ha creado un híbridoperfecto para el oficinista y el pub mexicano nunca dejará de estar lleno.Otro factor es que estos lugares son perfectos para el volumen de conversacióndel Godínez, llévate taponcitos para los oídos o te quedarás sordo.
5. Papa Bills/T.G.I Friday’s/Chili’s: El combo de 400 kilos de comida y una botella por veinte pesos esla fórmula perfecta y de antaño que hace que lugares como éste sean el comederoperfecto para el oficinista hambriento. Como viaja en parvada, el oficinistaaterriza en el Papa Bills y come todo a su paso, aprovecha para echarse unascubas de Bacardí y en la quincena pidemás de dos botellas. Le encanta celebrar su cumpleaños aquí pues ya loconocen y alguna cortesía llegará.
En el caso del T.G.I. Friday’s/Chili’s, el lugar cuenta con lacapacidad de atraer la mirada de su presa Godinil con barras gigantescas llenasde alcohol y bar tenders sonrientes dispuestos a satisfacer todos los antojosetílicos. Como estos lugares cuentan conbebidas tamaño industrial, el oficinista enloquece y acompaña su hamburguesagigante con una margarita gigante perfectas para darle la energía suficientepara regresar a terminar todos los pendientes.
6. Big Red, Big Blue, Big Yellow y anexos: Un monstruo gigante para el de traje y corbata, esparcidos portoda la ciudad y con un sistema de food court acompañado con bebida que elprofesionista independiente encuentra muy misterioso. Si nunca has estadoen la situación de tener que decidir todos los días qué demonios vas a comerporque se te olvidó la comida en tu casa o porque odias tanto a tuscompañeritos que no puedes verles la cara en horas libres, entonces laconjunción de personajes que aprovechan la hora de la comida aquí va a ser comosi te hablaran en esperanto. Aquí semanifiesta el columpio con misil de Bacardí, el papaloy de cubículo que acaparaa los meseros y los hace sus hermanos. Entre bajo su propio riesgo.