En el caso de los licores o destilados no siempre pasa que el líquido vale lo que cuesta. Sucede que, en descabellados casos, el envase le agrega bastantes ceros al precio y eleva en forma descomunal su valor. En nuestra selección de chupes de lujo les mostraremos cómo su exclusivo contenido y los detalles de los frasquitos hacen la diferencia, sin importar el grado etílico o el sabor del chupe.
Si te sacas la lotería, eres de los que ahorran o eres todo un pudiente y quieres gastar tu fortuna al estilo “Kardashian” es momento de que revises la lista y te des esa vida que te mereces, o que al menos tú crees que te mereces. Solo recuerda que horas más tarde toda tu inversión inevitablemente acabará en el baño.
Whisky, de malta única hecho en 1926
Seguro recuerdas el capítulo de Futurama en que encuentran la última lata de anchoas en el mundo, algo así es lo que sucede con este preciado whisky de malta única, llamado Macallan Fine Rare Vintage. Resulta que solo pusieron a la venta 40 botellas, y para conseguir alguna no solo se necesitan billetes sino suerte. Su precio es de 38 mil dólares y en 2007 se subastó una, fue la primera puja de licor permitida en Nueva York desde la prohibición en 1920. El whisky esperaba ser vendido en 20 o 30 mil dólares y alcanzó la cifra de 54 mil. Probar este whisky es casi una misión imposible y si la consigues seguro no la compartirás con nadie.
Ginebra, en cristal de Baccarat
El cristal de Baccarat se utiliza para el arte y la joyería. Su producción inició durante el reinado de Luis XV en Francia (para que se den un quemón del oropel y abundancia del material). Con estos antecedentes nos queda claro por qué los creativos de la marca Bombay Sapphire encargaron la colección “Revelación”: cinco botellas de cristal hechas a mano y decoradas individualmente con zafiros y diamantes. ¿En su interior? La receta original de la ginebra. Cada botella fue valorada en 200 mil dólares. Fueron expuestas en los 5 aeropuertos internacionales más importantes del mundo. Al final se subastaron a particulares que brindaron con gin&tonics. El dinero obtenido se donó a una ONG.
Vodka, botella de diseño en forma de oso
Esta edición limitada de Belvedere, una de las marcas de vodka más prestigiadas del mundo, sorprendió a todos en Cannes. Esta botellita que parece un opulento juguete infantil fue creada con el objetivo de recaudar fondos para la fundación RED. El envase tan “cute” fue diseñada por Jean Roch, se produjo en edición limitada y su precio estimado es de 7,250 dólares. El Oso Belver es también una especie de adornito (alguna utilidad debía tener con ese precio) así que, una vez despachado el contenido, puedes colgarlo en donde más te guste pues es una especie de lamparita incandescente.
Cerveza, probablemente la más pura y cara del mundo
¿Quién iba a pensar que una cerveza australiana podría costar 800 dólares? La “Antartic Nail Ale”, una de las más costosas del mundo, que no las más cara, fue subastada para recaudar fondos destinados a la conservación de las ballenas. Esta bebida fue creada por la compañía cervecera Nail Brewing en una edición limitada de tan sólo 30 ejemplares, fue elaborada con hielo traído de la Antártida (pagas la pureza y antigüedad del agua) y contiene 5.2 grados de alcohol. Esta chelita promete un complejo y único sabor; aunque aquí no aplica lo de “una no es ninguna”
Champagne, burbujas con valor en el mercado
Esta bebida siempre ha sido para caprichosos y acaudalados. No vale por lo antigua sino por los procesos que se deben seguir para conseguir ese burbujeante sensación en nuestra bocas. Aprovechando el estatus de la bebida, la casa Perrier Jouet lanzó el Belle Epoque Blanc de Blanc: el champagne más caro del mundo. Fue lanzado en edición limitada para su exportación a Estados Unidos, Rusia y China (quién iba a imaginar que estos tres países se volverían un segmento de mercado unificado). Está fabricado con uvas Chardonnay –especialmente seleccionadas– y va envasado en botellas pintadas a mano. No lleva ningún tipo de joyería, solo vale por el contenido. Su precio es de más de 1,500 dólares. Si quieres apantallar a tu lobuki, encarga una al gabacho ¡pero ya!